Silvana Suárez estuvo en boca de todo el mundo, literalmente, cuando se consagró en 1978 Miss Mundo, el concurso de belleza que en aquellos tiempos significaba un antes y un después en la vida de una modelo.
Había nacido el 29 de septiembre de 1958 en Córdoba y allí iba a la Universidad, donde estudiaba Arquitectura. Creció en una familia de artistas, rodeada de elementos para la pintura y la escultura. Hasta que sus padres se separaron y terminó viviendo con su madre.
“Mi madre, que era artista plástica y profesora de bellas artes, se tuvo que llenar de cátedras para poder mantener el nivel de vida. Éramos clase media, pero mi mamá no recibía ayuda monetaria. Es por eso que para mí siempre fue importante poder ganarme mis dinerillos. En ese entonces era para comprarme unos papeles alemanes de dibujo, que eran muy caros”, recuerda.
Pero su vida daría un vuelco total cuando, en la final de la edición 28 del concurso de belleza Miss Mundo (el 16 de noviembre de 1978) se coronó reina. Con 19 años, era elegida como la mujer más linda del mundo. El evento tuvo lugar en el Royal Albert Hall de Londres.
A partir de ese momento se dedicó al modelaje y, entre sus 20 y 30 años, pasó gran parte de sus días en el exterior. A su regreso a la Argentina, conoció a quien fue el padre de sus hijos, Julio Ramos: periodista, empresario y dueño de Ámbito Financiero. Se casaron en pocos meses y, al poco tiempo, se convirtieron en padres: primero de Julia y luego, de Augusto.
En aquellos años, Silvana se dedicó al periodismo, pese a que no era algo que le gustara: "A mí no me gustaba el periodismo y terminé haciendo periodismo. Terminamos haciendo las “Charlas de quincho” del diario y fundando la página de la mujer. Pero era también porque yo accedí a eso, porque teníamos, digamos, un norte juntos. Yo soy muy pata con mis parejas y con mis amigos. Soy una persona positiva y si quieren hacer algo y yo puedo aportar buena onda soy siempre de ayudar", dijo en una entrevista con Infobae.
Pero, tiempo después, llegarían los problemas: Silvana denunció por violencia físicia y psicológica a su marido, algo bastante difícil más de 20 años atrás, con el agravante de que era un hombre muy poderoso en los medios. En diálogo con La Nación, afirmó: "Tuve situación de violencia de género con mi exmarido, a quien denuncié. Eso fue hace 21 años, cuando nadie hablaba de esto y menos una persona conocida. Pero como él era muy poderoso, estaba lleno de amigos jueces… pero el agua llegó hasta acá, ya no se podía respirar".
Luego, analizó los puntos a favor que tenía y que la animaron a dar ese paso: "Lo bueno de cuando me caso con Julio es que hacía diez años que había salido Miss Mundo y que no era quien era por él, sino por mí. De alguna manera, yo tenía diez años de ser una persona conocida a nivel nacional e internacional. Eso jugó a favor en el momento de reconocer que él estaba muy mal y que no se quería tratar. Pero, con dos hijos chicos de ocho y nueve años y él con tanto poder, a mí me dio miedo. ¿Cómo se sale de eso? Hice hipnosis, mucha terapia. Y hace siete años comencé con distintas terapias alternativas, ya no el análisis convencional. Es la única manera, me parece a mí. Y también soltando, perdonando y comprendiendo que el otro hizo lo que pudo. Yo puedo decir “qué hijo de su madre de tal por cual”, pero él era una persona que estaba enferma", reveló.
Su presente en Nono, Córdoba
Silvana Suárez vive hoy en día alejada de los medios y dedicada al arte plástico y vive de otra manera. “Cuando conozco a Edgardo Giménez, que es un gran artista, me guió con distintos ejercicios y me dijo: ‘Tenés que hacer estas manchas, hacelas en grande’. Y ahí empecé. Y descubrí algo que no conocía: ahora me encanta el abstracto y estoy trabajando en eso”, cuenta.
Sobre la casa donde vive hace 8 años y que tiene hace más de 20, le contó a Infobae: "Tengo esta casa, que es ecológica, porque tiene troncos, piedras, cristales y una vista maravillosa" y asegura que la construyó para sus hijos no tuvieran solo su casa de Punta del Este: "Quería que también tuvieran un poco de lo que yo mamé de chica”, agrega.