El Yoga es una de las disciplinas ancestrales más elegidas para practicar en la actualidad. Si bien existe una gran variedad de tipos de Yoga, uno de los que más está resonando es el Hot Yoga o Yoga Caliente, un método originado en la India que se ha ido extendiendo por el mundo.
Su particularidad es que debe practicarse en una zona climatizada, con una temperatura que oscila entre los 35 y los 38 grados Celsius. Asimismo, la humedad debe estar de alrededor del 40%.
Estas condiciones son fundamentales para permitir la completa relajación de los músculos, logrando diferentes posturas de forma más sencilla.
Cuáles son los beneficios del Hot Yoga
El Hot Yoga es sumamente elegido porque ayuda a aumentar la flexibilidad, mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los músculos con cada postura. Además, gracias al calor se consigue mejorar la concentración, y colaborar con la desintoxicación y el refuerzo del sistema inmunológico.
Ahora bien, para practicar esta disciplina, hay ciertas recomendaciones a tener en cuenta. En primer lugar, los expertos recomiendan beber mucha agua durante el día, al menos 2 litros, y también llevar líquidos para hidratarse durante la clase.
Otro de los requerimientos para empezar a realizar Hot Yoga tiene que ver con usar ropa ligera, puesto que los movimientos de seguro lo harán transpirar. Por último, no se olvide de consultar con tu médico de confianza antes de realizar esta o cualquier otra actividad física.
