La separación entre Wanda Nara y Mauro Icardi deja un trasfondo que va mucho más allá de lo afectivo. Es que la rubia manejaba íntegramente la carrera del jugador del Paris Saint-Germain, algo que podría modificarse si esta ruptura se confirma. Y hay otro dato no menor: Él se tatuó el nombre de ella en uno de sus brazos, una drástica decisión que modificar si la reconciliación no llega. Por suerte, hay posibilidades de borrar esa "marca", aunque tendría que someterse a un largo proceso.
En lo que respecta al ámbito profesional, se trataría de una dura pérdida para el deportista debido a que su mujer ha demostrado en varias oportunidades la capacidad que tiene para manejar su carrera y negociar contratos. “Creo que tener a Wanda como mi agente es la mejor decisión para mi familia y mi carrera. No lo pensé dos veces”, dijo en una nota con el Canal+ de Francia en 2019.
Y ahora, tener que salir a buscar un reemplazo parece ser una tarea titánica. Es que en el mundo del fútbol se la conocer por una de sus principales características: ser implacable y conseguir siempre lo que quiere.
Fue la propia Zaira, hermana de la empresaria, la que en una entrevista con Verónica Lozano en febrero de este año describió cómo se maneja: "Al momento de negociar es una leona total. Una vez, en Milán, en un hotel divino al que habíamos ido a cenar, mi hermana venía negociando la renovación de Mauro con un club. Y es intensa la negociación, de esas personas que te cuelgan el teléfono diciéndote 'cuando llegues al número que te estoy diciendo (llamame) y si no no me llames".
Le va tan bien que "le han pedido muchos jugadores que los represente. No voy a decir nombres pero jugadores muy conocidos, muy importantes. De otros clubes... Le han pedido permiso a Mauro. Si bien le llegan las propuestas, el trabajo de representante ocupa mucho tiempo... No es solo la firma del contrato".
