Iván González, el hijo mayor de Jairo, está en pareja desde 2006 con la argentina Cecile Stola, psicóloga. Por ella, el actor de 49 años, nacido en Madrid y que en los años 90 había decidido hacer su carrera en Buenos Aires, abandonó todo y se fue a vivir a París.
Así lo contó Iván en una entrevista de La Nación. "Nos conocimos en Buenos Aires, un año antes de que ella viajara a Francia para hacer un master en psicología, porque es psicóloga", comenzó diciendo el actor.
"Pero cuando llegó, se dio cuenta que los másters aquí son como el segundo año de psicología en Buenos Aires, y lo dejó porque evidentemente ya lo había hecho. Convalidó su título y estudió otras cosas como el Síndrome de Ulises (también conocido como síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple)", continuó.
"Luego conoció a una chica de Hungría y tuvieron la idea de armar esta ONG; empezaron ellas dos y ahora son 25 empleados. Trabajan con la Comunidad Europea, el gobierno francés y diferentes ONG’s como la Cruz Roja", reveló González, visiblemente orgulloso de los logros de su mujer.
El actor reveló además que la siguió "por impulso". "No pensaba venir a Francia. Fue un impulso", dijo en la misma entrevista. "Me iba muy bien en Buenos Aires, acababa de hacer Doble vida y tenía proyectos, vine a verla y al mes, cuando me tenía que volver, la miré y le dije que me aburría mucho la vida sin ella. Y rompimos el pasaje. Se puede ser extremadamente cursi en la vida... Pero así fue", agregó.
Fruto del amor que se tienen, Cecile e Iván son padres de Ulysses (11) y Lorenzo (9), niños que muestran en redes sociales.
El actor, que estuvo en nuestro país a fines de 2021, cuando vino a pasar las fiestas con su papá y sus hermanos -vale recordar que a mediados del año pasado murió Teresa Sainz de los Terreros, su mamá, y Agustina Posse, su ex cuñada-, se desempeña actualmente como director artístico de un cabaret de París llamado Madame Arthur.
"Es un lugar histórico de la lucha LGTB, en el que todas las semanas cambiamos de espectáculos, con artistas que van rotándose. Tenemos un pool de 20 artistas de un nivel alucinante, pianistas, cantantes líricos, violinistas; pagás la entrada, y tienes shows a las 21, a las 23, luego hay discoteca, y más shows a la 1, 2 y 3 de la madrugada. Es un lugar que está abierto a todos, viene gente de todos lados. No es un cabaret oscuro, al contrario, es un lugar de interés cultural", contó a La Nación.