Mucho antes de su historia de amor con Meghan Markle, el príncipe Harry tuvo otras relaciones y una de las que más tiempo duró fue junto a Chelsy Davy, una de las novias de la realeza más perseguidas por la prensa del corazón por su personalidad divertida y extrovertida.
Salieron entre 2004 y 2011, tiempo en el que la chica llegó a ser como una más de la familia real.
Siempre se hicieron salvedades con su presencia porque al no casarse con el príncipe Harry no era formalmente de la familia pero es verdad que ya estaba totalmente incluida en la familia en su día a día. Claro ejemplo de lo mucho que la quisieron a Chelsy Davy fue haber sido invitada a la boda de los duques de Sussex por el hecho de aún hoy mantener una gran relación con Harry.
Una vez alejada de la familia real, la joven optó por una vida mucho más anónima y relajada, lejos de los focos de las cámaras y la prensa.
Tanta es la privacidad con la que está llevando su vida que no fue hasta hace un par de meses que se dio a conocer que la joven había sido madre el pasado enero de un niño al que ella y su pareja, el empresario hotelero Sam Cutmore-Scott, habían puesto de nombre Leo, siendo además su primer hijo en común y tras un embarazo que pasó desapercibido para los medios.
Ahora, el periodista especializado en la familia real británica Richard Eden ha desvelado en su columna en el Mail Online que Chelsy y Sam habrían decidido casarse en una boda secreta de la que hasta sus seres queridos se enteraron gracias a una fotografía que aparentemente la propia Davy subió a sus redes sociales (las cuales tienen, por supuesto, un candado).
Lo que sí llamó poderosamente la atención es el lujoso anillo que lució, que tiene con un gran zafiro en el centro, lo que recuerda a las joyas favoritas de Lady Di, con lo cual algunos interpretaron que fue su manera de hacerle un homenaje a la fallecida madre de su ex novio.
