Nadia Podoroska volvió a ser noticia, pero esta vez no por sus logros en el ámbito del tenis sino por haber revelado que está en pareja con Guillermina Naya, también tenista e integrante del equipo argentino que compitió este año en la Copa Billie Jean King.
La rosarina de 25 años "aprovechó" un mensaje de la ex tenista norteamericana de 79 años, quien en Twitter reposteó una nota en la que destaca el coraje de Podoroska por vivir de una manera auténtica. En dicho artículo del sitio Women's Tennis Blog se revela que la tenista argentina está en pareja con Guillermina.
"Felicitaciones a la jugadora de la WTA Nadia Podoroska por su anuncio. Vivir de manera auténtica requiere mucho coraje pero vale la pena hacerlo", escribió Billie Jean King, ex tenista comprometida con la lucha por la igualdad de género y el orgullo gay.
Podoroska retuiteó en su cuenta personal el mensaje de King y lo agradeció. "Muchas gracias BJK. Te respeto por todo lo que representás para nosotras. Sos un ejemplo en la lucha por la igualdad en el deporte y más allá del deporte", escribió.
Quién es Guillermina Naya
"Entre los 2 y los 7 años pude haber muerto en cualquier momento", escribió Guillermina en una nota que publicó Clarín, donde contó su vida. La tenista, que padeció un extraño mal llamado Miopatía visceral durante su infancia, nació el 27 de septiembre de 1996 en la ciudad de Chacabuco. Fue cuando tenía 3 años cuando comenzó su padecimiento por el cual estuvo muy grave.
"Yo llevaba diez días vomitando, pero a cada consulta médica le sucedía la misma respuesta: es normal, señora, no se preocupe. Mamá recuerda que, el día del festejo familiar, yo le pedía upa con insistencia. Dice que la miraba fijamente a los ojos, los míos extraños. Llamó a mi pediatra y, de nuevo, escuchó un 'no exageres' que la inquietó", contó Guillermina en la nota citada.
"Mi abuela descubrió el horror cuando se disponía a cambiarme. El horror tenía la forma de un enorme vientre, como si yo, a mis dos años, estuviera embarazada de 9 meses. El grito sacudió el hogar", agregó la tenista.
Tras buscar ayuda médica, Guillermina terminó internada en el Hospital Italiano de Buenos Aires. "Viví internada allí 8 meses. Mis padres dicen que fue una tortura. Me dilataban el píloro y, con una bomba al vacío, me arrancaban pedacitos de estómago para estudiarlos. La manipulación de mi cuerpo para mantenerlo con vida ocurría, literalmente, sin anestesia", siguió relatando la tenista en el medio citado.
"Lo que comía no iba para ningún lado, porque mi intestino delgado no tenía absorción. Sin nutrientes, los dientes y el pelo se me caían. Mis piernitas eran dos escarbadientes y los médicos fotografiaron mi vientre para exhibir en futuras investigaciones. El doctor Daniel D’Agostino decía que había entonces un puñado de casos en el mundo, con un alto índice de mortalidad", continuó.
Poco después, en una operación se supo qué le pasaba a la niña. "En la operación, a cargo del doctor Alberto Iñón, me quitaron un ganglio gigante necrosado junto al apéndice. Y el suplicio por fin tuvo un diagnóstico: miopatía visceral, enfermedad que causa una pseudo-obstrucción intestinal crónica", contó la tenista.
Recién años después, a los 7 años y tras pasar por varias internaciones más, la vida de Guillermina comenzó a encauzarse en un grado de normalidad. A los 11, con el organismo ya fortalecido, comenzó a jugar al tenis, donde rápidamente descolló entre las mejores.
Hoy, tras varios padecimientos de tipo económico, Guillermina es la número 551 del mundo. "Y estoy más motivada que nunca", reveló. "Soy tenista porque me apasiona el juego. Y el juego es sinónimo de infancia, aquella que me robaron los pinchazos, las lágrimas y los pasillos color gris hospital. ¡Mirá si no voy a tener ganas de jugar!", agregó esta joven, llena de vida.
