Durante la festividad de la Santa Devota, se vio a Charlène de Mónaco acompañada por una mujer que la asistió en todo momento.
Esto sucedió ya que la princesa acudió sin su marido, Alberto, quien había dado positivo de Covid. Frente a un evento tan importante para los mandatarios monegascos, Charlène no podía con el rol de madre y princesa a la vez.
Entonces, recibió la ayuda de Melanie-Antoinette Costello de Massy, prima segunda de su marido y de sus hermanas, Carolina y Estefanía.
Ella fue quien también, durante la ausencia de Charlène por su enfermedad, acompañó a Alberto durante los actos oficiales y es quien, por estos días, asiste a la princesa en todo momento.
De hecho, comparten tanto tiempo que forjaron una relación de amistad. Aunque no es propiamente una niñera, en ocasiones también se hace cargo que a los pequeños Gabriella y Jacques no les falte nada.
Quién es Mélanie-Antoinette Costello de Massy, la mujer que siempre ha estado allí
Mélanie-Antoinette de Massy es la única hija que el coreógrafo Nicolai Vladimir Costello tuvo con Elizabeth Ann de Massy, la mujer que se convirtió en la prima favorita de Carolina de Mónaco, Estefanía y el príncipe Alberto.
Curiosamente Elizabeth Ann de Massy llegó al mundo en unas circunstancias que sus primas experimentarían en sus propias carnes con la edad: nació fuera del matrimonio.
Por aquella época su madre, la polémica Antoinette Grimaldi, ya había sido perdonada por su hermano el príncipe Rainiero de su intento de arrebatarle el poder y quedarse con Mónaco. De hecho, en virtud de esa reconciliación el príncipe regente le concedió a su hermana el título de baronesa de Massy, apellido que llevan desde entonces sus descendientes.
Antoinette, una vez abandonadas sus ambiciones políticas, se dedicó a su otra ocupación pseudo oficial, escandalizar a la alta sociedad. Se enamoró de un tenista que estaba casado y tuvo una hija con él: Elizabeth Ann de Massy. Como posteriormente Antoinette y su amante se casaron, Elizabeth Ann fue incluida en el listado de personas que podrían heredar Mónaco si Rainiero no tuviera descendencia.
Pero Rainiero encontró a Grace Kelly, Elizabeth Ann se convirtió en la dama de honor de su boda y, para perplejidad y disgusto de su madre y de su abuela (la temible Carlota), siempre se llevó fenomenal con la actriz reconvertida en princesa. Tanto que cuando Grace Kelly falleció, Elizabeth Ann no dudó en convertirse en el apoyo más leal y discreto de sus primos.
Ese papel en segundo plano de apoyo incondicional a los Grimaldi más mediáticos parece que ha pasado de madre a hija y es el mismo que ejerce, hoy por hoy, Mélanie-Antoinette de Massy, la sombra de Mónaco.