Este miércoles arrancó el tercer juicio por el crimen de María Marta García Belsunce. El 27 de octubre de 2002, ella fue encontrada con la cabeza sumergida dentro de la bañera de su casa. Al principio, la familia dijo que se trataba de un accidente. Luego se comprobó que la víctima había muerto después de haber sido golpeada y recibido cinco tiros en la cabeza.
Ahora el sospechoso de siempre está sentado en el banquillo de los acusados: Nicolás Pachelo, una persona sumamente problemática desde su niñez. A los seis años le habría prendido fuego a la cuna de un medio hermano. Sus padres, Roberto Pachelo, destacado corredor de autos y pionero en la categoría Turismo Carretera, se quitó la vida en 1996 y, en 2003, Silvia Ryan, su madre, saltó al vacío desde un piso 11, meses después del crimen de María Marta y con Pachelo señalado como uno de los sospechosos.
El suicidio de la madre de Nicolás Pachelo
El 29 de mayo de 2003, el suicidio de su madre sacudió a Nicolás Pachelo. Esa tarde, Silvia Ryan se habia encerrado en su departamento de Avenida del Libertador 184, había sellado las puertas de ingreso con trapos y toallas, ató los picaportes y saltó al vacío desde el piso 11. Ella era "la mejor coartada" que tenía Nicolás Pachelo para defenderse de la acusación de los García Belsunce. Ante la justicia, él había jurado haber estado de compras con su madre en el shopping Paseo Alcorta la tarde en que mataron a María Marta.
Antes de matarse, Ryan dejó tres cartas. En una de ellas, dirigida a Molina Pico, expresó: "Me mato porque mi hijo es inocente", y acusaba a los García Belsunce de "mentirosos y poderosos". La lectura de la declaración de Mariano Maggi, dueño de una concesionaria de autos donde Pachelo habia comprado una camioneta con un cheque robado, también engrosó las pruebas presentadas por la defensa del viudo.
Quién es Nicolás Pachelo
Segun Maggi, esto originó una discusión y Pachelo le habría dicho: "Si tuve huevos para matar a mi viejo, imaginate a vos y a tu vieja". Según una entrevista que Para Ti le hizo a Pachelo en 2003, no habria sido de esta manera: "“Me robaron una camioneta en la que tenía una chequera con mi nombre. Esa persona que me la robó, depositó cuatro cheques míos en una cuenta y después me inició una causa diciendo que yo le había dado esos cheques sin fondos, que estaban denunciados por robo. El peritaje caligráfico determinó que no era mi letra ni mi firma, y el caso se cerró".
Pachelo robaba a amigos y familiares
También se sumó al debate la pericia psiquiátrica –leída en la sala sin la presencia de la prensa– que le realizaron durante el procesamiento por la causa que condenó a Pachelo a un año de prisión por haber encubierto el robo de 47 palos de golf a tres vecinos del Carmel y haber cometido hurtos agravados a familiares de amigos. La justicia lo había condenado a tres años y medio de prisión en suspenso, tras lo cual su defensa pacto un año y medio de prisión.
Estuvo detenido en la cárcel de Marcos Paz, desde mayo de 2004 hasta septiembre de 2006. Según el expediente, ingresaba en las casas de sus víctimas como invitado, aprovechaba la oportunidad para robarles las llaves y luego cometía los robos. La larga lista de víctimas incluye a Fernando Sansuste y Eduardo Zancoli (les habia robado los palos de golf), Marta María Auge, Carlos Zapata, Roland Friedrich Moller Ortega, Matías Nocetti y Ana Elena Herraiz de Guerrero. A todos les habria hurtado dinero y objetos de valor.
Sospechoso de haber robado el perro de María Marta
Los García Belsunce no dudaron en señalarlo como el autor del asesinato de María Marta. Contaron que Pachelo había tenido problemas con la víctima por la desaparición de su perro labrador, Tom, por el cual alguien llamó pidiendo rescate.
Una mucama declaró haber visto el perro en la casa de Pachelo. Pero, poco después, éste declaró que como su perra, también labradora, estaba en celo, el perro del vecino de enfrente se había metido en su jardín. "El perro no era el de Carrascosa, sino el de otro vecino", declaró Pachelo ante la fiscalía. Sin embargo, la sombra de tres muertes –la de sus padres y la de María Marta– se empecina en oscurecer su vida.
Nicolás Pachelo, conflictivo desde chico
Dicen que desde chica Silvia Ryan lloraba por amores no correspondidos. Que Roberto Pachelo –un aficionado corredor de autos– era uno de ellos, y que casarse con él "fue un error". El matrimonio duró muy poco: Pachelo la dejó por Jacqueline Barbara, una amiga de Silvia que había enviudado recientemente y tenía un hijo pequeño. Se separaron poco despues del nacimiento del único hijo que tuvieron en comón. Nicolás llegó al mundo el 21 de junio de 1976, y quizás la desdicha de su madre –dicen que era una mujer muy sufrida y que nunca rehizo su vida sentimental desde el divorcio, en 1980– influyó para que fuera "el chico que siempre llamaba la atención".
Porque, desde su infancia, "Pachelito" –como solían decirle– se hizo fama de niño terrible. Una de sus travesuras era cambiar los precios de los productos del supermercado para pagar menos. "Era un niño travieso. Cuando tenía 3 años le incendió la cama a su hermano de 6". Las palabras que pronunció Jacqueline Barbara, quien lo crió desde bebé, en su declaración indagatoria del 30 de diciembre de 2002 ante Diego Molina Pico, sonaron en la sala de audiencias donde se llevó a cabo el juicio contra Carrascosa.
Así comenzó la seguidilla de pruebas presentadas por la defensa del viudo, que desató el enojo del abogado de Pachelo, Roberto Ribas, y lo llevó a presentar al tribunal un cuestionamiento acerca de por que su cliente estaba siendo juzgado en su ausencia. La lectura de la declaración indagatoria de Barbara siguió con el recuerdo de que "a los 16 años, Nicolás le robó una moto XR-100 a unos ve-cinos", que su esposo lo castigó por el hecho y que debió comprar el mismo vehículo para devolverlo, ya que Pachelo aseguraba que se lo habían robado.
El suicidio del padre de Pachelo: poco claro
En el marco del juicio, también se comentó que Barbara sembró dudas acerca de la muerte de su marido y sostuvo que "Nicolás tuvo que ver con eso". Según la causa judicial en la cual Bárbara se presentó como "particular damnificada", Roberto Pachelo se habría suicidado de un disparo en la cabeza. Apareció muerto, totalmente desnudo, tendido en su cama, la mañana del 10 de agosto de 1996. Detrás de su oreja derecha tenía el orificio por el cual había ingresado la bala calibre 38. Todo ocurrió en el chalet que Pachelo padre tenía sobre la tosquera, en Villa Rosa, Pilar, con Nicolás a pocos metros del lugar.
Por aquella época vivía en el mismo campo que su padre, junto a su mujer Inés Davalos Cornejo y su bebé de 3 meses. Y una pregunta comenzó a rondar: ¿cómo era posible que ni Nicolás ni Inés, presentes en el lugar, no hubieran escuchado los disparos? Cuando las pericias determinaron que Roberto no tenía restos de pólvora en sus dedos –aunque se aclaró que esto puede ocurrir porque a veces las partículas pueden no quedar en la piel de quien dispara–, Barbara empezó a sospechar de Nicolás porque en los últimos tiempos discutía mucho con su padre.
También dijo que su hijastro "llegó tarde al velorio porque se quedó con la llave de la caja fuerte y que habría mandado retirar el colchón donde el hombre había muerto". Además, lo vinculó al incendio intencional que sufrió la casa días después de la muerte de Roberto. Aún más: se dice que también le incendiaron la vivienda al hijo del primer matrimonio de Barbara, Hernán, y nunca se encontró al culpable.
También se leyó la declaración de Daniel Maldonado, vigilador de la tosquera de los Pachelo, en la que afirmaba que Nicolás "no tenía sentimientos hacia su padre" y relató que "después de su muerte, un día saco unos cuadros que tenían fotos de cuando Roberto corría carreras de auto y les disparó con una carabina calibre 22". Así y todo, el caso se cerró en 1999 y nunca se pudo comprobar que habíaa sido un asesinato.
El prontuario de Nicolás Pachelo
Nicolás e Inés se mudaron al Carmel, donde vivieron cuatro años. En los tribunales penales de San Isidro, Pachelo tiene dos causas: una de ellas es del 15 de enero de 2001, que Barbara le inicio por defraudación, aunque en febrero de 2003 la causa fue archivada; la otra, también por defraudación, prescribió.
Pachelo, avezado jugador de póker, pasó varias veces por tribunales: fue acusado de robo, defraudación por estelionato –vender a un tercero algo que no es suyo– hurto y tráfico de estupefacientes. El 20 de diciembre de 2015 fue arrestado por vender pastillas en una fiesta electrónica: le secuestraron 111 pastillas de éxtasis junto a una tiza de cocaína y 5.200 pesos. Nicolás se peleaba con todo el mundo cuando no se imponía su voluntad, era muy violento verbalmente y reservado respecto a lo que hacía o dejaba de hacer.
"No tengo ningún elemento para asegurar que fue el autor de ese crimen. Sí que es un tipo violento y oscuro. Les robaba a sus amigos", declaró su ex mujer, María Inés Dávalos, que en algún momento fue señalada como "la dama de rosa" que merodeó los alrededores de la casa de María Marta García Belsunce poco después del crimen.
El perfil psicológico de Pachelo
Durante el juicio se dio a conocer el perfil psicológico de Pachelo: trastorno severo de la personalidad-psicopatía-personalidad asocial/antisocial. Psicodinámica evolutiva: hacia el psicópata desalmado (Schneider) Carácter de la conducta: peligroso para terceros. Rasgo principal: total incorregibilidad. Se lo describió, además, con las características de un psicótico: "ausencia de angustia, carencia de culpa, patología de la acción, perversión narcisista y permanencia del ello (instintos y pulsiones), inexistencia de súper yo (autoridad, valores, normas culturales)".
Hace cuatro años que Pachelo está preso por 8 robos en diferentes countries. Antes había estado preso tres años por robos en El Carmel y en el edificio de Capital donde vivía. Este miércoles, después del 20 años del crimen de María Marta, se inició el tercer juicio con Nicolás Pachelo, y dos vigiladores, Norberto Glennon y José Ortíz, como sospechosos.
Carlos Carrascosa ya estuvo preso por esta causa: entre 2009 y 2016 y otro período en domiciliaria. En 2020, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la absolución. Pasaron 20 años y el crimen de María Marta sigue impune.