Mientras desde hace meses no se habla de otra cosa que no sea la ausencia de Charlene de Mónaco en el principado, hay que destacar que ella no fue la primera mujer que logró conquistar a Alberto de Mónaco… aunque en este caso fue un amor no correspondido. Se puede decir que esta fue la primer gran desilusión amorosa del príncipe monegasco.
Si bien su pasado amoroso presenta ribetes de los más variados (que incluyen hijos sin reconocer), la posibilidad de tener una pareja estable es algo que le costó mucho conseguir. Luego de un tiempo en el que su madre, Grace Kelly, fue la consorte, la corte del reinado pensó que Ophélie Winter podría ser quien secunde sus pasos.
Quién es Ophélie Winter
Para hablar de cómo fue el desplante que sufrió el príncipe, primero hay que contar quién era la candidata. La artista, con tan solo diez años, publicó su primer disco… pero se dio cuenta un tiempo después que su verdadero fin en este mundo estaba en el modelaje. Por eso comenzó a explotar su belleza física participando de campañas de lencería y en películas.
Por ese entonces los hombres se le acercaban en cantidad, lógicamente. Pero lamentablemente, cuando Alberto de Mónaco intentó acercarse, ella ya tenía su corazón ocupado. Todavía era una adolescente de 17 años cuando su trabajo la llevó a trabajar frecuentemente entre París y Estados Unidos, en donde conoció a Prince y se enamoró.
“Me enseñó música, me enseñó todo. Iba y venía entre París y Minneapolis todos los fines de semana. Viajaba en primera clase y él me recogía en una limusina del aeropuerto”, contó ella en 2017 a una revista francesa.
Mientras todo eso pasaba, desde el principado habían activado todo para que ella se convierta en la pareja del príncipe: “Recibimos un rollo de faxes del Palacio de Mónaco ofreciéndome, con contrato y todo, casarme con él, vivir allí y ser su esposa”, rememoró.
Obviamente que la familia de la joven se sobresaltó (para bien) con la propuesta que significaría un salto social para la familia, pero lo cierto es que la joven rechazó la posibilidad de contraer matrimonio con Alberto de Mónaco. Ser princesa, celebrar una boda siendo menor de edad no estaba entre sus prioridades, menos abandonar sus viajes de fin de semana con el cantante mundialmente conocido por sus grandes éxitos.