Paloma Ortega ya cumplió 19 años. Es la segunda hija de la relación que tuvieron Guillermina Valdes y Sebastián Ortega, también padres de Dante y de Helena. Además, es la nieta de Palito Ortega y Evangelina Salazar y heredó de aquella parte de su familia el gusto por la música: por eso es DJ y, al igual que su hermana, toca la batería.
Paloma es dueña de un gran carácter, "Es muy de hacer lo que quiere, pero siempre le pide consejos a su mamá", relatan en la familia a Paparazzi.
La joven, con rasgos muy similares a los de su mamá, tiene enormes ojos celestes y mide 1,76 metros de altura. Ya en 2015 incursionó en el mundo de la moda, cuando fue fichada por la agencia de Lorena Ceriscioli. "Son muchas las marcas que la quieren en sus filas, pero por ahora nadie quiere apurarla a tomar esas decisiones", agregan.
Portadora de un look que algunos medios catalogaron de andrógino, Paloma ingresó en el mundo fashion acaparando rápidamente la atención de los especialistas, que destacaron su actitud y proyección internacional. Aunque en su familia todavía la resguardan: "La familia es un freno. No la quiere volver loca", explican.
Al igual que el resto de sus hermanos, pese a provenir de una familia famosa, Paloma cultiva el bajo perfil y no interactúa en redes sociales, al menos de manera pública. Dicen que, además, le pide a Guillermina que no la publique casi nunca.
El nacimiento de su hermanito Lolo (fruto de la realción de Guillermina con Marcelo Tinelli) fue algo que le causó mucha alegría y dio muestras de ello haciendo algunas publicaciones en las redes que sí usaba siendo más chica.
El año pasado, cuando cumplió los 18, se hizo un radical cambio de look: corte pixie platinado, que causó furor en las redes cuando su mamá publicó imágenes.