Una heroína afrodescendiente aparece en el nuevo billete de 500 pesos junto a Manuel Belgrano. Un personaje del que poco o nada se hablaba en los manuales de historia y que fue reivindicado en los últimos años.
"La Madre de la Patria", así la llamaron a María Remedios del Valle, esta argentina de origen africano que nació en 1766 en la capital del Virreinato del Río de la Plata. Su vocación de servicio la llevó a realizar trabajos de enfermería para auxiliar al Tercio de Andaluces, uno de los cuerpos milicianos que defendieron la ciudad porteña durante la segunda invasión inglesa, en 1807. Era "parda" según el sistema colonial de castas. Durante la Segunda Invasión Inglesa al Río de la Plata, María Remedios del Valle auxilió que defendieron con éxito la ciudad.
Al producirse la revolución del 25 de mayo de 1810 y organizarse la primera expedición auxiliadora al Alto Perú, conformando lo que luego se denominaría Ejército del Norte, se incorporó a la marcha de la 6.ª Compañía de artillería volante del Regimiento de Artillería de la Patria al mando del capitán Bernardo Joaquín de Anzoátegui, acompañando a su marido y sus dos hijos (uno adoptivo).
Manuel Belgrano, deslumbrado por su compromiso, disciplina y lealtad, la nombró capitana de su ejército. Participó en la batalla de Ayohúma, Vilcapugio y Tucumán, así como también en el Éxodo jujeño. Perdió a su marido y a sus dos hijos en combate y en los diferentes enfrentamientos recibió incontables heridas de bala y sable en su cuerpo.
En 1813 fue tomada prisionera por los españoles, quienes la azotaron por nueve días por haber ayudado a huir a oficiales patriotas en el campo de prisioneros. Esas cicatrices le duraron por el resto de su vida. Finalmente, pudo escapar e incorporarse a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio Álvarez de Arenales. Siete veces estuvo a punto de ser ejecutada por el enemigo.
Una vez terminada la guerra regresó a la ciudad de Buenos Aires donde se encontró con la indigencia. El escritor Carlos Ibarguren afirma que vivía en un rancho en la zona de quintas en las afueras de la ciudad, y frecuentaba los atrios de las iglesias de San Francisco, Santo Domingo y San Ignacio, así como la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo) ofreciendo pasteles y tortas fritas para poder sobrevivir, o mendigando.
En agosto de 1827, el general Juan José Viamonte la reconoció pidiendo limosna en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, y solicitó a la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires que se le otorgase a María Remedios una pensión por los servicios prestados a la patria.
El 11 de octubre de 1827, los diputados de la Junta dijeron de ella: "Es una heroína". Al finalizar la sesión se aprobó unánimemente su reconocimiento como capitana de infantería y la pensión correspondiente, a lo cual se le sumaron confeccionar una biografía y mandar a hacer un monumento. Sin embargo, estas propuestas no se concretaron. Más tarde fue ascendida a sargenta mayor de caballería y a comienzos de 1830, fue incluida en la Plana Mayor del Cuerpo de Inválidos con el sueldo íntegro de su clase.
Murió el 8 de noviembre de 1847 sin haber recibido en vida el reconocimiento por su colaboración en la Guerra de la Independencia argentina. La narrativa histórica tampoco le había dado -hasta ahora- el lugar que se merece. En abril del 2013 se sanciona la Ley Nro. 26.852, que conmemora el "Día Nacional de los/as Afroargentinos/as y de la Cultura Afro", instituyéndose como el primer reconocimiento legislativo de carácter nacional hacia los y las afrodescendientes. Ahora está junto a Belgrano, en el billete de 500 pesos.