Avital Aladjem vive en Kibbutz Holit, ubicado a sólo dos kilómetros de la Franja de Gaza. Allí mismo el sábado pasado fue secuestrada por terroristas del Hamás. La arrastraron fuera de su casa junto con los dos niños pequeños del vecino e intentaron llevarlos a Gaza como rehenes.
En el momento de los ataques, ella estaba escondida en la habitación segura de su casa con un vecino y comunicándose con otro vecino de al lado, Adi Vital-Kaploun, a través de WhatsApp, cuando terroristas de Hamás volaron la puerta principal y entraron a la casa a la 1:30. pm del sábado.
El vecino que se escondía junto con ella fue descubierto y lo asesinaron a balazos. A Aladjem la sacaron del armario donde se escondía y la llevaron junto a los hijos de su vecino, de 4 meses y 4 años. "Todo fue destruido y lleno de sangre; Nos llevaron de casa en casa con disparos por todos lados, mientras quemaban las casas y los autos", dijo Aladjem en una entrevista.
La llevaron con los chicos hasta la Franja de Gaza. De repente, los dejaron solos. Entonces ella se dio cuenta que tenía una posibilidad de escapar, tomó a los niños y comenzó a caminar. Pasó junto a más hombres armados y se escondió con los chicos detrás de unos médanos. “Continuamos y continuamos y creí que regresaríamos a casa”, dijo.
Cuando entraron al kibutz, Aladjem vio a otros miembros del kibutz salir en sus autos y le dijo al niño de 4 años que pronto vería a su padre. Los tres fueron llevados a la cercana comunidad de Gvulot, donde finalmente los niños se reunieron con su padre.
Reut Karp es madre de dos niños, pero en el momento del ataque ellos no estaban junto a ella, sino en el Kibutz Re'im junto a su ex marido y su novia. Durante el ataque, ella trató de mantener la calma conteniendo a su hija por teléfono. Mientras tanto su ex marido, Dvir Karp, y su novia Stav, eran acribillados delante de los niños. De nada les sirvió resguardarse en la habitación segura de su casa, los terroristas los encontraron.
El terrorista que mató a la pareja escribió en la pared con lápiz labial: "La gente de Al-Kassam no asesina a niños pequeños". Reut, que se encontraba en su casa a kilómetros de distancia, mantuvo a su pequeña hija hablando por teléfono durante horas hasta que un vecino pudo venir y sacar a los niños de la casa.
En Ofakim, una mujer identificada como Rachel relató que cuando los terroristas de Hamás irrumpieron en su casa con Kalashnikovs y granadas, los invitó a tomar café y comer torta. Les dijo que comieran algo “para no volverse locos de hambre”. "Estás pálido; comé algo dulce que te sienta bien", le dijo amablemente a uno. Así, Rachel los entretuvo hasta que llegó la policía. Ella y su marido, David se salvaron.
Otro relato crudo fue le de Mor Bayder que contó que su abuela fue asesinada a tiros en su casa en Nir Oz, el kibutz que ella ayudó a establecer y donde vivió toda su vida. El terrorista que mató a la abuela de Bayder, tomó su teléfono, sacó fotografías de su cadáver y luego las publicó en la página de Facebook de la anciana. “Así nos enteramos”, escribió Bayder.
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