Ricardo Piñeiro habló acerca de su nueva vida, alejado de los medios y del altísimo perfil que supo tener. El ex mánager de modelos que fuera famosísimo en los años 90 y 2000 reveló cómo logró cambiar su existencia y "salvarse" a sí mismo en una nota de La Nación.
"Ya no me interesa el mundo de la moda. Soy más feliz como voluntario en la iglesia Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón o inventando recetas proteicas", explicó Piñeiro, que dedica sus días a la fotografía, el voluntariado y a ocuparse de sus cuatro perritas salchicha, María Jesús, Olimpia, Helena y Amelie.
Según menciona en la nota citada, después de haber sufrido una estafa donde perdió todo -"hasta mi nombre", dijo-, Piñeiro reveló que "tocó fondo y pude rediseñar mi vida".
"Me estafaron, pero yo también me equivoqué. Hasta perdí mi nombre. Hubo una época en la que me vinculé con gente que, lejos de nutrirme, me terminó destruyendo (...) Siempre fui muy idealista y bastante mal empresario. Pero de todo se aprende. Toqué fondo y pude rediseñar mi vida", explicó.
El ex mánager también confesó que "se estaba yendo al diablo con el alcohol" cuando decidió dejar todo, "en un entorno de soledad y depresión", pero que aferrarse a Dios lo salvó.
"Había dejado el campo, el trabajo, estaba recién instalado en el centro con mis perros. No la veía por ninguna parte. Hasta que me aferré a Dios y eso me sanó. Suena de manual, pero es la verdad. Me acerqué a la iglesia y hoy soy feliz como voluntario. Es una manera de agradecer todo lo que ellos hicieron por mí", aseguró al medio citado.
En la Iglesia, Piñeiro contó que sus tareas consisten en recibir a la gente a la entrada, darles un número y pasarle alcohol en gel por las manos a las personas en situación de calle, entre otras.