Hace unos meses el mundo artístico se alegró por la noticia de que Paulo Londra podía retomar su carrera musical, tras superar el conflicto legal con su anterior discográfica. Actualmente se encuentra instalado en Los Ángeles, sumergido en lo que será su próximo trabajo.
Pero los escándalos asociados a su nombre no terminaron. Por primera vez Rocío Moreno, quien fuera su pareja, madre de su hija Isabela y de otra que nacerá en febrero, se refirió públicamente a su separación -nunca oficializada ni charlada entre ellos- ante Teleshow.
“Nos conocimos en el 2015 y dos años después él empieza a hacerse famoso, a hacer viajes y presencias, shows. En el 2018 yo me voy a estudiar a una ciudad por acá cerca, pero me tuve que instalar allá, así que nos veíamos poco, porque yo cursaba en la semana y él los fines de semana hacía shows. Pero venía bien la relación”, contó la influencer sobre los primeros años de noviazgo.
Más allá de las aspiraciones profesionales de cada uno, los unía el deseo de formar una gran familia juntos. Sin embargo, seis años y medio después “ya no hay nosotros”.
Rocío y Paulo son papás de Isabela, de un año y cinco meses, y de una nena que nacerá a fines de febrero.
En el 2019 se animaron a dar un gran paso como pareja: Paulo compró una casa y se fueron a vivir juntos, por lo que la joven dejó sus estudios para acompañarlo a sus shows, a las giras e incluso a Europa, donde grabó con Ed Sheeran. “Después aparece Isabela y estábamos felices, porque siempre tuvimos proyectos de familia grande, sobre todo él. Ella nació en julio del 2020, en plena pandemia. Tuvimos una crisis muy grande, pero él se mostró arrepentido y me pidió disculpas, hizo muchas promesas, apostamos a la familia y proyectos. Yo creí sus promesas y decidí apostar”.
No obstante, “al tiempo empiezan a aparecer situaciones que se convirtieron en crisis: empezó a salir más, a juntarse con amigos" y sus ausencias se tornaban cada vez más difíciles para sostener la vida en familia, explica.
La joven asegura que estuvo sola durante el transcurso de su segundo embarazo, tanto para los controles habituales como para llevar y traer del pediatra a su hija mayor y que recién ahora se está animando a contarle a su familia sobre su distanciamiento con su pareja, y encontró apoyo incondicional en sus hermanos y su mamá.
“Tuve miedo por el embarazo, porque una vez me dejaron internada porque no me bajaba la presión, y tenía contracciones recurrentes, sola en la casa, sin tener a alguien cerca para ayudarme a bajar la escalera. Ahora mi familia me ayuda con Isabela, pero antes lo pasaba sola porque me daba vergüenza o no quería que me dijeran: ‘¿Qué haces ahí?’”, dice Rocío sobre cómo de a poco el papá de sus hijas se fue alejando de ellas: Paulo regresó a las “andanzas y un ritmo de vida no compatible con la rutina familiar”.
En cuanto a su teoría sobre el comportamiento del músico, afirma: "No creo que sea susto, tiene que ver las influencias, el entorno y él que no tiene madurez para saber dónde está y lo que debe hacer. Nadie le dice: ”No salgas con amigos”. ¡Al contrario! Tampoco: “No estés con tu familia’. A mí me gustaba salir, pero tengo una bebé y hay cosas que uno no debe hacer porque hay responsabilidades nuevas. No dejo de ver a mis amigas, pero en otros horarios.
Por ahora, no sabe cuándo Paulo regresará a la Argentina, tampoco si estará o no en el parto de su segunda hija (cuyo nombre aún no eligieron). Lo que sí sabe es que ellos, como pareja, ya no tienen más oportunidades. Y no cree que Londra regrese a su casa: “No estuvo antes, cuando lo necesité. No es algo que espero. Dadas las circunstancias hoy en día me doy cuenta de que muchas situaciones no se pueden naturalizar. Toqué fondo cuando se fue a Estados Unidos y me enteré por las redes. No está bien lo que estoy viviendo: no puede ser que me descomponga y termine monitoreándome en las guardias, con 17 de presión, por circunstancias vividas provocadas por él o por su familia”., detalló Rocío, quien dijo sentirse enojada y con mucha angustia. "Soy una explosión de sentimientos. Ya no sé si me interesa tener esa charla; seguramente la tendremos: Hoy digo, ¿para qué? Pero la vamos a tener que tener por el bien de las nenas. Nos une una relación de por vida, pero ya no hay nosotros”, concluye.