En su vuelta al país, esta vez por trabajo, Stefi Roitman conversó con Para Ti sobre su presente, su rol como embajadora de una firma internacional y un especial deseo de la infancia que pudo concretar a los treinta años.
Stef, como prefiere que la llamen, visitó Argentina para presentar The Icon Supreme Femenino, la nueva fragancia de Banderas Perfumes. Además de recorrer locaciones emblemáticas de la ciudad junto a su colega Mario Casas, la actriz tuvo tiempo de reflexionar sobre el camino recorrido y su idea del éxito.
-¿Cómo te encuentra esta visita a Argentina?
-Se siente hermoso. Siempre es hermoso venir a mi país, o a la tierra de uno en general, creo que es un denominador común de mucha gente que ama su tierra, la adora, la honra. Siempre es una alegría venir a Argentina, a mi ciudad, estar con mi gente.
-¿Qué sentís al estar trabajando nuevamente en el país?
Doblemente felicidad porque me gusta mucho trabajar, es la verdad, soy apasionada. Trato de ponerle ese amor a todo lo que va llegando y que me identifica, como en este caso es el perfume.
-¿Cómo fue trabajar con Mario estos días?
Mario es un tremendo compañero, me tocó un poco ser su anfitriona en Argentina. Fuimos a Caminito, vimos el Obelisco precioso, acompañados de un equipo bellísimo que es Puig, que es Banderas. Probamos alfajores, comimos carne muy rica. En este país se pasa muy bien y si tenés buena compañía, mejor.
-A esta altura de tu carrera, ¿cuál creés que es la clave para sentirte exitosa?
-Creo que en este momento lo que más me identifica, lo que más siento, es que el éxito se relaciona con la coherencia. Darse cuenta que lo que uno siente, dice y hace va de la mano y está alineado, eso me hace sentir exitosa. Es algo super personal, pero el éxito tiene mil significados. Me agarrás en un momento en donde siento que estoy siendo coherente con varias cosas y no es fácil, porque hay muchas variables externas que te afectan y es hermoso darse cuenta que uno va transitando un camino con coherencia, en paz con quien uno es. También uno se va transformando, pero estar en paz con esa transformación y ver qué es lo que viene por delante, te diría que es un poco eso.
-Para vos, ¿qué es ser un ícono?
-Guau. Siento que el icono para cada uno es un poco un espejo de lo que uno quiere ser o a lo que uno quiere llegar, pero hay muchas verticales. Puede ser algo más profesional, algo más de valores de la persona, las características de la personalidad de cada quien. Se me ocurre desde mi madre, mi hermana o alguna amiga hasta alguna actriz que me parezca un ícono maravilloso, que admire mucho su carrera y cómo se ha desarrollado. Pero sí siempre tiene algo que me refleja una motivación, alguien que tiene valores o tiene características a las que me quiero parecer, por así decirlo. De repente hay muchos íconos y uno se relaciona con lo que le toca una fibra, el corazón.
-Hablabas recién de íconos con carreras admirables. Yendo a lo laboral, ¿alguna vez imaginaste ser embajadora de una fragancia internacional?
-Te voy a decir la verdad. Justo ayer se lo dije a mi querido equipo. Estamos empapelados con Mario y con Antonio en toda la ciudad, cosa que me parece muy hermosa. Es un precioso cartel, con Banderas, con The Icon. Y en algunos estoy yo ahí… y les dije “saben que yo siento que esto lo pensé de chica”. O sea, de niña, yo siento que pasaba con el coche y era como “ay qué lindo”, no me preguntes por qué, no sé de dónde venía esa sensación, no sé qué me atraía de eso. Evidentemente algo me generaba, alguna emoción me generaba. Y la verdad que es lindo, siento que es algo más superficial, pero no tanto.
Si te vas un poco más para adentro habla de un camino recorrido, de mucho esfuerzo, de disciplina, de estar siempre con los pies en la tierra. Eso te va llevando y te va haciendo avanzar, de repente más lento. A mi me gusta dar pequeños pasos pero más firmes, que no me muevan de quien soy, de mi gente. Y verme en el cartel es reconfirmar un poco eso, porque me veo y soy yo, no veo que es otra persona, no es un personaje, no estoy disfrazada y eso es lo más hermoso: combinar esos deseos de niña con algo que está pasando hoy a mis treinta años y me identifica. Es bonito.
-Se nota que es un proyecto con el que te sentís identificada, pero ¿con qué características de The Icon te identificás más?
-A full. Con la que más me identifico siento que es la autenticidad. Creo que eso. Todo lo otro lo voy trabajando: la valentía, la libertad. Bueno, la libertad también, soy una tipa muy libre. Y sí, con esa frescura que va de la mano un poco con la autenticidad de no estar amoldándome a un deber ser. Me identifico con esa libertad, con que quiero ser yo misma y bueno, también es un trabajo, porque a veces uno necesita “encajar” en algunas industrias. Pero también es un aprendizaje mezclar un poquito el misterio y la valentía de esta marca. La verdad tiene valores preciosos que nos acompañan a los cinco: Antonio, Mario, Agatha, Milla y yo. Siento que reunimos unas particularidades que nos hacen muy apasionados.
-¿Y para qué ocasión usarías cada una de las fragancias?
-¿De las tres que hemos lanzado? Guau. La original es más diurna, es mi compañera fiel para el día a día. Splendid me gusta para un almuerzo con mi marido, es más sofisticada y misteriosa, tiene una vuelta de tuerca más. Y Supreme, este nuevo lanzamiento, es ideal para la noche, para un evento supremo. Igual te digo, yo los uso para todo, tengo los tres en casa con sus monedas en colores diferentes y uso los tres para todo. Y es honesto lo que digo, es genuino. Además de que es un honor ser embajadora, es un perfume que me acompaña desde hace varios años.
