El próximo 24 de diciembre Netflix estrena No miren arriba, una película con un elenco estelar que es la gran apuesta de fin de año de la plataforma de streaming: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y Meryl Streep encabezan la lista de estrellas. En plena promoción del filme se empezaron a revelar algunos detalles del detrás de escena, como los que revelaron Lawrence y el guionista y director de la película, Adam McKay a Yahoo! Movies.
Entre varias cosas, revelaron que la nueva película cuenta con una escena de 16 minutos de completa improvisación en la que participaron los actores ya mencionados junto a Jonah Hill. Pero hubo otra anécdota que llamó mucho más la atención, que relató Lawrence fiel al estilo espontáneo que la caracteriza: la actriz pidió permiso para fumar un cigarrillo de marihuana para hacer más creíble lo que le sucedía a su personaje.
“Claro, podés drogarte’”, contó el realizador que le dijo a Lawrence en aquel momento, quien debía interpretar un monólogo, mientras recordaba: "Todo el mundo se metía conmigo, supongo que porque estaba drogada. Era fácil hacerme enojar", señaló la actriz entre risas, quien luego aclaró que en ese momento "no estaba embarazada".
Si bien se evidenciaba una muy buena relación entre la actriz y el director, en una entrevista que ella dio anteriormente a Vanity Fair, en esa oportunidad aludió a la disparidad salarial, un tema que cada vez más actrices se animan a develar. “Fui la primera en la hoja de llamadas”, aseguró la actriz haciendo referencia al modo en que se organizan los rodajes y cómo los protagonistas siempre aparecen primeros en esa “hoja de llamadas” y en los créditos. En este caso, como explica, su nombre estaba al tope de ambas listas, incluso por sobre el de DiCaprio. No obstante, el actor recibió 5 millones de dólares más que ella en su contrato, que era de 30 millones mientras que el de ella, era de 25.
"Leo atrae más taquilla que yo", asumió la actriz, quien prosiguió: “Soy muy afortunada y estoy feliz con mi acuerdo pero lo que veo y estoy segura de que otras mujeres en su lugar de trabajo lo han visto también, es que es extremadamente incómodo preguntar sobre la igualdad salarial. Y si cuestionás algo que parece desigual, te dicen que no es disparidad de género, pero no saben decirte qué es exactamente".
Hacía tiempo que la actriz no se encontraba con la prensa y, al parecer, tenía bastante para contar, como el accidente aéreo que sufrió y que le despertó un feroz temor a volar. Sucedió rumbo a Búfalo, a 3100 metros del suelo. Gracias al accionar de los pilotos no hubo consecuencias graves, pero dijo que en ese momento creyó que iba a morir.
“Empecé a dejar pequeños mensajes de voz mentales a mi familia, como ‘he tenido una gran vida, lo siento”. Cuenta que, por primera vez en un avión, no estaba segura de si sobreviviría y comenzó a rezar. “Volar es horrible” para ella desde lo ocurrido y, por desgracia, tiene que hacerlo a menudo. De hecho, según explicó la actriz, su siguiente viaje tras aquel trayecto traumático, solo pudo sobrellevarlo anestesiada gracias a una pastilla y con la ayuda de “varias mini botellas de ron”.
