Ya recuperada de salud, la reina decidió asistir al bautismo de dos bebés de la familia: el hijo de la princesa Eugenia y el de Zara Tindall. Según el experto en realeza Neil Sean, citado por el Daily Star, el hecho habría significado un fuerte desplante para los duques de Sussex.
Lucas es el nombre del tercer hijo del matrimonio de Zara, hija de la princesa Ana, y Mike Tindall, exjugador de rugby, que nació el pasado 21 de marzo. Un mes antes, el 9 de febrero, nació August, hijo de Eugenia y nieto del príncipe Andrés.
El reposo que la mantuvo alejada de la vida social
Los problemas de salud de la reina le impidieron asistir a las conmemoraciones en el Cenotafio: un evento que rinde homenaje a los ciudadanos británicos que cumplieron un rol en las guerras mundiales y en los conflictos bélicos posteriores, y que este año coincidió con el cumpleaños de su hijo Carlos. Isabel no pudo decir presente debido a una torcedura de espalda que la obligó a retirarse y a hacer reposo.
Sin embargo, la monarca logró recuperarse y asistir a la ceremonia preparada para sus dos bisnietos, a quienes conoce y ha podido demostrar su afecto en persona, a diferencia de Lilibet, la hija del príncipe Harry y Meghan Markle. Desde su canal de YouTube, el comentarista royal afirmó que la presencia de Isabel en estos dos bautismos fue un “golpe en la cara” para los Sussex.
Lo sintieron como un desprecio hacia Lilibet
Durante el video, Neil expresó que Harry y Meghan esperaban iguales atenciones para su bebé nacida en junio, a quien la reina nunca vio hasta el momento. Según sus palabras, se trató “exactamente” del tipo de evento que deseaban para su pequeña hija.
Los duques no han hecho ningún comentario oficial sobre sus intenciones de que Lilibet reciba un bautismo en Windsor y, en principio, ya está confirmado que no viajarán al Reino Unido para esta Navidad. Pero varios comentaristas de la realeza, incluido Richard Eden del Daily Mail, afirmaron que Harry y Meghan tenían la esperanza de que siguiera los pasos de su hermano Archie, quien tuvo una celebración pública con miembros de la familia real en 2019.
Neil sugirió que los Sussex “no entienden que ya no están en radar de la realeza” desde que dejaron sus obligaciones con la corona en marzo de 2020. Él dijo: “Querían ser personas normales fuera del centro de atención y su gentil majestad la reina, posiblemente, incluso después de su enfermedad, les acaba de dar el mayor golpe real que uno podría darle un exnieto favorito”.