"Casa Dos Oleiros", como la bautizaron sus creadores, estaba prácticamente abandonada en el casco antiguo de la ciudad de Castelo Branco, Portugal.
Su proyecto de intervención buscó establecer una tendencia en la ocupación urbana de la ciudad, en donde hoy la revitalización del centro histórico está siendo ocupada por estratos más jóvenes.
Así se renovó y puso en valor esta casa portuguesa
Siguiendo con la intención mencionada anteriormente, la renovación consistió en mantener el aspecto original de la casa desde el exterior.
Pero en el interior, los espacios se readaptaron a los estándares actuales de confort y vida, siendo revestidos de una contemporaneidad minimalista.
La casa está organizada en 2 plantas y un entrepiso, siendo la planta baja reservada para los espacios de descanso por razones de iluminación, y las superiores destinadas a albergar las áreas sociales.
En estos pisos superiores, a los que se accede por la escalera original del edificio, se recuperó la amplitud espacial del techo lo que da una altura bastante generosa, dejando que la luz se refleje en los blancos techos y paredes, inundando todo el espacio previamente cerrado.
En el entresuelo se abrió un tragaluz que, desde la posición de trabajo, permite ver el castillo, recordando que la contemporaneidad está cargada de historia.
La idea era que la casa resulte ligera, informal y acogedora, por eso se usaron materiales simples pero de alta calidad, pintando las paredes y los techos en tonos claros y rematando los suelos y los muebles en pino escocés.
Ficha técnica
Ubicación: Castelo Branco, Portugal
Arquitectos: Paulo Martins
Área: 110 m2
Fotos: Ivo Tavares Studio
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