Eran las 6 de la mañana en el predio de la AFA, pero todavía quedaban las huellas de lo que había sido el recibimiento al equipo de Lionel Scaloni. Si bien muchos hinchas decidieron encaminarse hacia el Obelisco, otros se quedaron aguardando el comienzo de la caravana.
Las horas transcurrían y la temperatura iba subiendo, mientras la presencia de móviles televisivos, los drones y los helicópteros iban conformando un clima de ansiedad. Llegadas las 11,40 horas, las fuerzas policiales comenzaron a abrir el paso por donde La Scaloneta haría su salida triunfal.
Mientras el micro descapotable de la Selección Argentina arrancaba su curso, la multitud estalló en ovaciones, gritos y llantos, contagiados por la pasión y el agradecimiento. Un Scaloni curioso, se asomó arriba del vehículo, comandando como un capitán, mientras dirigía la mirada atenta hacia los hinchas.
En la parte de atrás del micro, Leo Messi, Rodrigo de Paul y Paulo Dybala alentaban y agitaban los brazos, degustando el clásico fernet argentino. Julián Álvarez se quedó intacto, observando con una sonrisa, disfrutando del ambiente. De repente, los jugadores comenzaron a arrojar banderas, despertando la euforia de los hinchas. Banderas argentinas, albicelestes, bien nuestras, obsequiadas por los campeones del mundo.
Así comenzaba el camino por Autopista Ricchieri, donde millones de personas esperarían por vivir el sueño de ver de cerca a sus héroes. Un día inolvidable, un diciembre inolvidable, que quedará en la historia de varias generaciones. Todos recordaremos aquel Mundial, donde un grupo de futbolistas y un Mesías, volvieron a traer la alegría a las calles.
La experiencia de vivir un momento histórico
Tomé una de las banderas y me aferré a ella, como quien se aferra a aquello que ama. De Paul había lanzado una hacia mí y en medio de la multitud, logré atraparla. En ese instante, sentí que llevaría un pedacito conmigo de la historia de esos 26 jugadores, que marcaron el primer mundial para muchas generaciones. Voy a guardarla para siempre, como un recuerdo de esta locura, que "no te lo puedo explicar, porque...no vas a entender".