Se llama Victoria Cole, tiene 52 años, es divorciada y tiene dos hijos, mellizos, de 24 años. Manuel y Agustín. Uno es economista y el otro, terapista ocupacional. Estudió Comunicación Social y es la CEO de Wunderman Thompson, la reconocida agencia de publicidad, de Argentina y Chile.
Hasta acá las definiciones "oficiales" de Vicky Cole, una mujer que trabajó la mayor parte de su vida en lo que la apasiona. Que se obligó a sí misma -cuando tuvo la oportunidad de comenzar a trabajar en lo suyo-: "En tres meses tengo que quedar fija", porque se le terminaban los ahorros. Y que no sólo lo consiguió dentro del lapso que se había propuesto, sino que forjó una carrera que hoy la ubica como una de las mujeres que lidera una transformación que lleva a la empresa de publicidad a meterse de lleno en la economía del conocimiento.
Después la sesión de fotos que forma parte de esta sección y del rodaje de su video de presentación, comienza la charla con Para Ti hablando de una curiosa práctica que instaló hace algunos años entre el staff de la agencia.
Vicky Cole protagoniza "Vicky Call"
Entre risas, cuenta que la idea "surgió en la pandemia... Cuando de un día para el otro nos tuvimos que ir a trabajar a casa. Teníamos mucha presencialidad (somos 700 personas en Argentina), entonces empecé a hacer semanalmente estas reuniones".
Así define las videollamadas que se iniciaron en el confinamiento para incentivar a sus colaboradores en un contexto adverso. "Soy una persona muy positiva, de pensar que el mundo no se termina, ¿no?", reflexiona.
"Se generó una cosa muy linda, la gente le puso 'Vicky Call', haciendo un juego de palabras con mi apellido, que es Cole". Actualmente cambiaron de formato (ya no es necesario realizarlas semanalmente) aunque no de espíritu: "Siempre con esta onda positiva. Damos noticias, hablamos de proyectos y hasta de números. Todo resumido, no más de media hora, porque la gente quiere escuchar menos... ¡y yo también! En un clima distendido hacemos como una sátira, todo el mundo se ríe".
Entre el repaso de la lista de cumpleañeros, tips de Astrología (algo que le gusta y mucho), transcurren estas particulares reuniones mensuales, en las que -aclara- "también surgen cosas que no están buenas, pero siempre en un marco que yo lo siento cuidado. Y aparte no filtramos nada".
¿Cómo surge en vos esta forma de pensar el liderazgo?
-Empecé a trabajar muy chiquita, ¡nada que ver con esto! Era maestra jardinera. Tenía que pagarme la Facultad y tenía buen inglés, entonces lo enseñaba en un jardín de infantes. En ese momento surgió una vacante en una agencia que se llamaba David Rato, que en ese momento era lo más, pero el puesto era sin remuneración. Recuerdo que miré en mi diccionario (N. de R: allí guardaba sus ahorros) la plata que tenía ahorrada y dije: 'Me alcanza para tres meses. En tres meses me tienen que tomar'. Entré pensando que, si era necesario limpiaba los baños. Pasado ese tiempo, me tomaron, cambié mis horarios en la facultad y empecé -muy de abajo- en Publicidad.
¿Qué tenías ganas de hacer en ese momento?
-Mucha gente me pregunta cuál era mi objetivo en ese entonces. Ni hoy, a los 52 años, lo tengo. Ya debería ¿no? (risas). Pero la respuesta sincera es 'no'. Yo quiero trabajar bien y feliz. Quiero que cuando alguien se conecte con Wunderman Thompson tenga una buena experiencia laboral y personal también. Quiero poder dejar algo, aunque sea un mensaje positivo, sin importar el contexto.
¿Cómo fueron tus primeros años en la industria publicitaria?
-Al principio era una esclavitud total, con un machirulismo que no te puedo explicar.
¿Te acordás de algún episodio en particular?
-¡Sí, totalmente! Presentaciones que me tiraban al piso y yo las tenía que levantar, prácticamente, sintiendo que tenía que pedir perdón. Y yéndome a llorar al baño. Creativos que a los que les consultaba algo y me pedían que antes les sirviera un whisky. Cosas que en ese momento naturalizábamos todos y hasta nos reíamos... eso lo peor. Así que celebro tanto que hoy en día eso no pase más...
¿Te robaron ideas?
-Mi rol fue más siempre de cuentas o estrategia, con lo cual quizás mis aportes los tomaban como propios, pero eso para mí era parte del proceso. Obviamente hay veces que decís ¡dale! Hubieran dicho: 'Esta que entró con la gaseosa dijo algo que estaba bueno'.
¿En qué momento sentiste que ya estabas en el camino o en el lugar donde querías estar?
-¡No te lo puedo contestar! (risas).
¿Cuándo sentiste que las cosas comenzaban a cambiar en torno al machismo?
-Hace poco... Todavía, en algunos lugares, sigue pasando. Yo me puse la camiseta de hacer cursos dentro de la agencia para que lo hagamos todo el tiempo consciente. Hacemos retrospectivas con una consultora, cada dos meses, sobre nuestro trabajo para ver qué hicimos bien, que hicimos mal.
Y remarca: "Tenemos que pensar en cómo hacemos las cosas mejor porque nosotros somos comunicadores. Necesitamos que nuestro delivery para nuestros clientes sea inclusivo y accesible. Hacemos mucho contenido digital y necesitamos que sea accesible para una persona, por ejemplo, ciega. No sólo tiene que ver con cambiar estereotipos de cuerpos, de familia. También con accesibilidad de contenido y con mucho más. Tanto cositas chiquititas que se pueden hacer, como más grandes".
Luego explica cómo intentan predicar con el ejemplo: "Nosotros hacemos inclusión laboral: personas con autismo, con síndrome de Down trabajando en la agencia, como parte de una sociedad diversa que somos todos y todas. Y tenemos que darle a nuestros clientes esa mirada".
Cómo se trabajan hoy en publicidad los temas sensibles
La Publicidad refleja una forma de ver y tratar los temas según la época. Hoy, cuando alguna de las que se hicieron tiempo atrás se viraliza, podemos llegar a horrorizarnos de ciertas miradas naturalizadas. Por eso, con la conciencia que se tiene en la actualidad, no es tarea fácil para los creativos, pensar en qué mostrar, qué decir, y cómo hacerlo (sólo por mencionar algunas preguntas).
Cuando algo no funciona como hubieran querido, explica Vicky Cole: "Lo contextualizamos, lo charlamos y lo bajamos a cómo tendría que haber sido. Cada vez tenemos errores más sutiles, pero siguen siendo errores. Tampoco creo en castigarnos, porque si no, estás todo el tiempo señalando. Cuando ves que, por ejemplo, otra agencia u otra marca la pifia, tenemos que ser compasivos. Estamos en un proceso y no es de un día para el otro".
Y sostiene, además, que es necesario seguir conversando los temas delicados: "Si no, paralizamos todo. ¿Y el que no dice nada queda bien porque no dijo nada? No, hay que opinar, seguir hablando, hay que seguir tratando y equivocarse lo menos posible. Porque la equivocación puede lastimar a otra persona o a otro grupo. Para mí eso es lo grave y no que te tilden que te equivocaste", remarca.
Los imprescindibles hoy en un líder según Vicky Cole
-Yo creo que honestidad bruta. No aparentar lo que no sos, no cubrir cosas que te salieron mal.
-Escucha: muchas veces -me hago cargo- alguien me está hablando y yo ya pienso lo que tengo que responder. Y, no, va.
-Horizontalidad. Soltar el poder. Para mí es clave ser una un líder positiva. Tampoco payaseca, ¿no?
Ejercer el liderazgo apuntando a cumplir con estos patrones genera un impacto positivo, asegura Vicky Cole. "Nosotros nos medimos cada año encuestas de clima y y creo que eso también tiene que ver con la retención de talento, que obviamente es un muy competitivo el mercado digital y de tecnología. Mucha gente que se va y vuelve, que los llamaos 'el grupo de los reincidentes'".
¿Qué perfiles qué roles o qué carreras son los más requeridos del momento?
-Data y Analytics. Lo que son científicos y científicas de datos. Mujeres en tecnología.
Si tuvieras que darle un mensaje a alguien que está con ganas meterse en este mundo, sobre todo una mujer, ¿qué le dirías?
-Que se animen. Por suerte estamos en un mundo mucho más abierto y contenedor. Que se rodeen de buena gente, que pidan consejos. Si yo puedo ayudar, acá estoy. Esto del mentoring está bueno también, que pidan ayuda a otras mujeres.
¿Qué te pasa a vos cuando te cruzás con otros modelos de liderazgo, que responden a estereotipos de antes?
-Muchas veces me choca, aunque también aprendo. Porque aveces con este liderazgo más flexible, te desdibujás y pienso 'quizás acá debería ser más firme'. A veces me dan bronca y me ponen nerviosa. Por ejemplo, ante eso de imponer que la gente vaya todos los días al centro.
¿Trajo un poco más de felicidad a la gente el hecho de disponer un poco más de su tiempo de otra manera?
-Totalmente. Creo que fue lo único positivo de la pandemia. Somos productivos igual, y somos más felices. Las mamás pueden ir a buscar a sus chicos al colegio... ¡Me hubiera encantado cuando mis hijos eran chicos poder hacer eso!
¿Cómo fue para vos ser mamá y profesional al mismo tiempo?
-La maternidad me gustó mucho pero me obligó a renunciar a un montón de cosas. En un momento me despedí de la Publicidad, puse un local de estética de uñas con una amiga (cuando nunca me había hecho manos en mi vida) y nos fue pésimo. Era como mi sueño de libertad. Me abrí dos años pero volví.
Vicky reflexiona, también, con lo difícil que puede ser tratar de cumplir con todo y con todos, sin importar qué se deja de lado para hacerlo. "Eso es algo que tenemos mucho las mujeres. De decir: 'No te preocupes, yo voy a estar igual'".
Para ella significó un gran esfuerzo cumplir con ese mandato impuesto: "Mis hijos tenían tres años cuando me separé. Pero respondía que iba a poder igual". Se valía de niñeras y de su abuela "que me ayudó un montón con los chicos: los iba a buscar al jardín y los cuidaba hasta que volvía yo".
Una época donde no había demasiado espacio para poder decir: `'No, sabés que tiene fiebre y no voy a cumplir'". Y reconoce que hoy "hay mucha más flexibilidad. Hay un montón de papás que me avisan que no van a poder a ir a la reunión presencial porque tienen que acompañar a sus hijos al primer día de clases y no sabés cómo me alegra", afirma.
¿Cómo te sentís con eso con tus hijos?
-Y, siento una culpa, y hasta lo hablo con ellos y se hacen como los que no tienen registro pero yo creo que en el fondo, sí. Porque en esa época todas las mamás iban a buscar los chicos a la puerta del colegio. Era como la 'rara', la que no invitaba a casa porque no estaba yo. Pero creo que también pudieron valorar ver una mamá que puedo ser feliz con lo que hizo y con lo que hace, me parece que también es importante como mensaje, y más para para ellos son varones.
Finalmente, reflexiona: "Nada es perfecto. Si me hubiera quedado, hubiera sido infeliz... todo el día trabajando también. Algo en el medio hubiera sido ideal, pero bueno, yo en ese momento, no lo encontré".
Fotos: Diego García
Video: Martina Cretella
Edición de video: Cristian Calvani
