Convocada por la mismísima Shonda Rhimes (productora principal de la serie) que la conocía de trabajos anteriores, la vestuarista Ellen Mirojnick tuvo que darle forma al proyecto más desafiante de su tarea. El proyecto era enorme, claro, porque cada episodio requería alrededor de cien vestidos y trajes. “Fue el trabajo más grande que hice, equivale al vestuario para tres películas, la cantidad fue exorbitante”.
Armó un equipo especializado, convocando cortadores y confeccionistas a los que les distribuyó tareas específicas y complementarias. Así, lograron realizar 359 sólo para los primeros 6 episodios.
¿Cómo fue la idea principal, en cuanto al diseño? “Entendí que tenía que interpretar un período, dándole una vuelta accesible a la mirada actual, siempre conservando la autenticidad de los diseños de la época en la que la serie está ambientada”.
En cuanto al modelo del que partieron, Mirojnick cuenta que se inspiraron en las siluetas de la Grecia clásica, con el corte imperio para las mujeres “estilizada, con el punto focal en la zona del escote”. En cuanto a los hombres, “quisimos hacerlos lucir como verdaderos dandys, entre pícaros y, a la vez, elegantes”.
Para realizar sus diseños, la vestuarista se basó en pinturas y figurines de la época, aportándole una mirada más actual. “Trabajo mucho desde lo que siento, desde la intuición”.
Sorbetes y macarons. Sus colores inspiraron el vestuario de la serie. “Se nos ocurrió en una de las conversaciones que tuve con la productora Betsy Beers y el creador Chris Van Dusen” .
“Cuando Chris escribió sobre los Featheringtons, usó colores ácidos - verde, amarillo, naranja- y esa fue una clara indicación de lo que necesitábamos hacer”.
“Con los Bridgertons, buscamos un azul en particular y encontramos los colores de la porcelana Wedgwood, los techos tallados que parecían inspirados en la pastelería francesa, tortas de boda y todo eso se sentía como el mundo Bridgerton y el de la aristocracia”.
“Hay muchas contradicciones entre estas dos familias, así que buscamos de qué manera unirlos y cómo separarlos. Siempre fue con los colores, las formas y las ornamentaciones. Los Bridgertons son sublimes, despojados, clásicos y hermosos. El texto en sí mismo nos dio claras instrucciones de dónde apuntar con los diseños”.
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