No hubo musiquita corta-discursos para Oprah Winfrey en los últimos Globos de Oro. Su demoledor monólogo en la ceremonia en Beverly Hills se leyó como un primer paso a una candidatura presidencial a los Estados Unidos. Fue en la 75ma entrega anual de los Globos de Oro, donde Oprah (64) recibió el premio Cecil B. DeMille a la trayectoria. Y, con todo Hollywood (y el mundo) escuchando, se encargó de tocar puntos sensibles y primordiales como las mujeres, el poder y el inaceptable acoso.
Usó su espacio donde premiaron su labor como presentadora, actriz, productora (Preciosa, 2000), periodista, empresaria (entre otras cosas tiene su propia revista, Oprah) y filántropa para apoyar a quienes han expuesto casos de acoso sexual en los últimos tiempos desde movimientos como Time's Up y #MeToo.
Allí Winfrey señaló que "durante mucho tiempo las mujeres no han sido escuchadas o no se les ha creído si se atrevían a contar la verdad sobre estos hombres", en alusión a las acusaciones contra grandes del mundo del espectáculo como Harvey Weinstein.
"Quiero que todas las niñas miren aquí y ahora para saber que hay un nuevo día en el horizonte. Y cuando finalmente nazca ese nuevo día, será por la gran cantidad de mujeres magníficas, y algunos hombres fenomenales, que están luchando duro para convertirse en líderes", enunció.
EL SÍMBOLO. No es nuevo que los norteamericanos hace tiempo piden que Oprah Winfrey se postule para las elecciones presidenciales. La era Obama abrió un camino. Por eso, apenas Oprah se acomodó y comenzó a hablar, las redes sociales (Twitter en especial) vieron una esperanza y ¡ardieron! El discurso se percibió como una declaración de rebeldía a la actualidad norteamericana y #Oprah2020 se convirtió en un trending topic. Hasta la cantante Lady Gaga tuiteó al momento: "¿Oprah presidente? Tiene mi voto".
El escenario estaba preparado pero, de repente, ocurrió lo inesperado: Oprah dijo que no. "Das un discurso y sorpresivamente ya empezaste a competir por la presidencia", desestimó la multitasking favorita del pueblo. Así como lo lees, la reina de los talkshows aseguró que no estaba en sus planes llegar a la Casa Blanca.
"Siempre estuve muy segura de lo que puedo y lo que no, y esto es algo en lo que no estoy interesada", dijo con toda la teleaudiencia atenta en el programa Jimmy Kimmel Live.
Y, por si quedaba alguna duda, lo repitió en una entrevista en InStyle (que le dedicó su tapa y la leyenda "Hola Madame Presidente?"): "No es algo que me interese. No está en mi ADN hacerlo". La negativa generó una avalancha de "¡Último momento!" de cadenas de noticias replicando la respuesta. Generó un poco de decepción a sus seguidores, pero también obligó a una pausa para que los votantes/fans también tuvieran un pantallazo real más allá de su carisma, porque ¿realmente quieren otra celebrity millonaria en la Casa Blanca, como Donald Trump?
Cada año, ininterrumpidamente, Oprah Winfrey se mantiene como una de las mujeres más influyentes –número fijo en el ranking del siglo XX– de la revista Time y en todo top ten que se precie. Con décadas de carrera en tevé, Oprah labró una fortuna que la revista Forbes calcula en 2 mil 800 millones de dólares y se transformó en un fenómeno sin comparación y en un ícono cultural norteamericano.
LA LEONA. Empresaria, multimillonaria, afroamericana e hija de madre soltera, Oprah Winfrey se instaló como la otra versión (popular) de Donald Trump. La dueña del multimedio Oprah Winfrey (OWN) y atenta filántropa, de buenas a primeras se convirtió en la astilla en el dedo del actual presidente de los Estados Unidos.
El mismo que en plena candidatura presidencial en 2015 respondió que sería afortunado de tener a Oprah de su lado ("Me encantaría tener a Oprah de vicepresidente"), hoy la tiene en la mira y la señala como su enemiga Nº 1. Sabe que, por ejemplo, en 2008 su apoyo a Barack Obama hizo la diferencia para derrotar a Hillary Clinton en las internas demócratas. Puede impulsar carreras ajenas e imagina qué sería si pensara seriamente en lanzar la propia. Y el discurso en los Globos de Oro generó especulaciones.
"Pienso que Oprah Winfrey sería una presidenta absolutamente brillante", la apoyó el mismísimo Steven Spielberg (quien la dirigió en El color púrpura, en 1986). "Si se postula, yo la respaldaría", señaló él, un peso pesado de Hollywood. La esperanza es lo último que se pierde. Y es que hace unos días Oprah fue invitada al programa 60 Minutes de CBS para moderar un panel de votantes. Mitad a favor de Trump y la otra mitad opositores demócratas, a debatir sobre este primer año de presidencia. Alerta, desde la Casa Blanca (muy cerca de medianoche), Trump siguió bien de cerca la transmisión y accionó su cuenta personal de Twitter para arremeter contra Winfrey, escribiendo: "Acabo de ver a una muy insegura Oprah Winfrey". Vía Twitter el presidente continuó escribiendo que espera que "Oprah se postule, así puede quedar expuesta y derrotada de la misma manera que los demás", al tiempo que criticó sus preguntas.
"Recuerdo cuando el presidente de los Estados Unidos estaba muy ocupado liderando un mundo libre para ver a Oprah, ni qué decir de tuitear a medianoche", fue una de las respuestas a Trump más retuiteadas del TL.
Con el mundo expectante ante una respuesta, con la chance de que esta afrenta hiciera cambiar a la conductora de opinión, Oprah calló. Recién esta semana Winfrey confesó que se controló y evitó contestar para comprobar que su trabajo en el show había sido correcto y que sus preguntas a los panelistas no habían sido tendenciosas: "Volví a ver la grabación –dijo–. Había al menos otras siete personas en aquel debate controlando si era justo o no lo que ocurría. Trabajé muy duro para hacer lo contrario de lo que tuitearon cargados de odio. Por lo tanto, está bien", y lo hizo sentada en el programa de Ellen DeGeneres mientras promovía su próximo film como actriz en A Wrinkle in Time (donde actúa con Mindy Kaling y Reese Witherspoon).
Experta en medios, Winfrey no piensa recoger el guante, ni responder agresiones públicamente. Está decidida a mantener su postura y a aportar desde otro lado, donde se siente más cómoda, como atenta observadora. A raíz del tiroteo en Florida que dejó 17 muertos estudiantiles y avivó diferencias culturales como el control de armas en Estados Unidos y, seguramente alentada por los alarmantes dichos de Trump (quien propone que los maestros vayan armados a clases y tomen lecciones para así proteger a sus alumnos), Oprah donó US$ 500.000 contra el uso de armas.
Una acción generada por George Clooney y Spielberg cuyo puntapié será una marcha que se realizará el sábado 24 y que cuenta con su respaldo. Winfrey llamó a los sobrevivientes del ataque "guerreros de la luz" en pro del control de armas. Por ahora, opta por ocupar un lugar de observadora. Mantenerse a un costado, alerta y en su labor de centinela.
Textos: PAULA IKEDA ([email protected])
Fotos: FOTONOTICIAS