Convertite en una experta en la ceremonia del matcha de la mano de la experta Agustina Román. Tan rico como canchero y saludable, este té verde súper puro es considerado un súper alimento por todos sus beneficios.
El matcha es supernutritivo, rico (aunque no suele ser un amor a primer sorbo porque es bastante amargo) y tiene un color intenso que llama la atención.
Y es el boom en el mundo de la cafetería healthy.
El origen de este té verde se remonta a la época de la dinastía Song -en el siglo X, en China- y hasta el día de hoy es una de las infusiones más bebidas en Oriente. Sobre todo durante las prácticas de meditación budista ya que relaja el cuerpo y calma la mente.
“El té apaga la sed, reduce las ganas de dormir, alegra y aviva al corazón”, son palabras atribuidas al emperador chino Shen Nung cuando descubrió el té matcha 3.000 años antes de Cristo.
Tan legendaria como bondadosa, hoy esta infusión verde vibrante vuelve a estar en boca de todos por sus múltiples beneficios, desde ayudar a reducir la grasa corporal hasta combatir el colesterol.
La preparación tiene sus truquitos. Es simple, pero hay algunos pasos característicos de la ceremonia oriental que hay que respetar. Y lo hicimos con la barista, tostadora y Q Grader Agustina Román (@baristazen) que nos enseñó a realizar nuestro propio té matcha.
¡Que lo disfrutes!
1
Mise en place: prepará todos los utensilios que vas a usar. Un bowl pequeño o cuenco de cerámica llamado chawan, un batidor de bambú llamado chasen, una cucharadita de bambú llamada chashaku, una pava con agua caliente (70-80º) y el té matcha en polvo.
2
Calentar el cuenco: en una primera instancia, echale un poquito de agua al recipiente, removela de un lado a otro y eliminala. Tiene que quedar vacío.
3
La hora del té: con el chashaku –cucharita de bambú con la medida exacta– agregá 1 g de té en polvo.
4
Líquido: de forma muy delicada, echale un chorrito (aprox. 30 ml) de agua caliente. Es preferible que pongas poca cantidad a que te excedas.
5
Bate que bate: revolvé enérgicamente en forma de M y W con ayuda del chasen hasta que salgan las primeras burbujitas. Luego andá incorporando el resto del líquido, sin dejar de batir.