El maestro de los cuervos, Christopher Skaife, confirmó que uno de los pájaros, Merlina (conocida como la reina de los cuervos de la torre) se presume muerta después de estar desaparecida durante semanas.
"Merlina es un cuervo de espíritu libre y se sabe que ha abandonado el recinto de la torre en muchas ocasiones. Soy su amigo y normalmente vuelve con nosotros, pero esta vez no lo hizo. Así que me temo que ya no está con nosotros", declaró Skaife en una entrevista con la BBC, quien notó la ausencia justo antes de Navidad.
La noticia causó revuelo entre los conocedores de la leyenda de los cuervos de la Torre, a quienes se les considera esenciales para el mantenimiento del bienestar del reino.
El custodio también reveló que la torre tenía un cuervo de reserva para asegurarse la cantidad de los pájaros. "Tenemos siete cuervos aquí en la Torre de Londres, seis por decreto real. Y, por supuesto, todavía tengo uno de reserva, así que estamos bien por el momento", comentó. Según el sitio web oficial, seis de los siete cuervos restantes se llaman Jubilee, Harris, Gripp, Rocky, Erin y Poppy,
El origen de la leyenda. En la década de 1670, el rey Carlos II nombró a su astrónomo Flamsteed como su real observador, y le concedió el uso de una torreta de la Torre Blanca como observatorio. El joven pronto descubrió que los cuervos obstruían las vistas a través de sus telescopios e interferían con su trabajo, así que pidió al rey que los desalojara. Al principio, el rey le hizo caso, hasta que alguien le señaló que sería un mal augurio, ya que los pájaros siempre habían estado en la Torre, y eran un importante símbolo de estabilidad nacional.
Dada la racha de mala suerte que el país había experimentado en las últimas décadas, (la guerra civil, la plaga y el Gran Incendio de Londres), Carlos no quería correr ningún riesgo, así que emitió un decreto real, declarando que seis cuervos deben ser mantenidos en la Torre para siempre. De lo contrario, la Torre se desmoronará y el reino sufrirá un gran daño, según la leyenda.
Poco después, John Flamsteed se movió a su nuevo Observatorio Real en Greenwich, y los cuervos han sido los guardianes simbólicos de la Torre de Londres desde entonces.
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