La donación de sangre es un acto altruista para el que no hay que tener condiciones excepcionales, únicamente la conciencia de que es necesaria para alguien (o para nosotros mismos ya que 9 de cada 10 personas la necesitarán en algún momento de su vida) y las ganas de dedicarle apenas media hora.
Según informa la página del Ministerio de Salud, cualquier persona con buen estado de salud, mayor de 18 años y menor de 65, y que pese más de 50 kg. puede donar sangre. Sólo el haber padecido determinadas enfermedades (hepatitis, sida, paludismo, tumores y otras), haber estado enfermo en los días previos a la donación o haber tomado algunos medicamentos, hacen que una persona no sea candidato a donar en un momento determinado.
En cualquier caso, el personal de salud que hace las colectas de sangre, hará unas pruebas y algunas preguntas para saber si el donante estás en condiciones de realizar la donación. En los casos que se lo excluya temporalmente, una vez transcurrido el período indicado, puede volver a presentarse para donar.
Sin embargo, alrededor de este acto altruista, existen mitos y creencias que alejan a muchas personas de la donación voluntaria.
En esta nota, las doctoras Alejandra De Bonis (M.P. 110.539), Directora Asistencial del Centro Regional La Plata - Instituto de Hemoterapia de la Prov. de Bs. As., y Silvina Kuperman (M.N. 88.513), Jefa del Centro Regional de Hemoterapia del Hospital de Pediatría Garrahan, explican los detalles detrás de cada uno de esos mitos con el objetivo de lograr que en el país se alcance el 100% de donación voluntaria y habitual de sangre.
Mito 1: Tengo que ir a donar sangre cuando alguien me lo solicita
FALSO: No hay que esperar a que un familiar lo necesite para ir a donar. Muchos piensan que el sistema está diseñado de forma en que cuando un familiar lo necesita, el centro de salud nos llama y tenemos que ir a donar. Este es un mito que alimenta el sistema sanitario. Sin sangre, los hospitales no pueden funcionar.
Lo ideal sería tener en Argentina 100% de donantes voluntarios, es decir no relacionados con los pacientes. De este modo, se evita someter a las familias, en un momento crítico -como es cuando hay un familiar internado- a que además se tenga que hacer cargo de traer sus propios donantes. En la Argentina hay 45% de donantes voluntarios. Todo el resto lo hace a modo de reposición. En el Hospital Garrahan, desde 2011, se implementó un modelo con donantes 100% voluntarios por el cual se realizan colectas, campañas en universidades, en escuelas, municipios y empresas.
Mito 2: Donar sangre puede provocar aumento de peso
FALSO: El acto de donación no provoca aumento de peso. Sin embargo, suele creerse que para reponer la sangre extraída, se debe aumentar la ingesta de alimentos, lo cual no es necesario. La persona debe seguir consumiendo sus alimentos en cantidad y calidad de la misma forma en que lo hacía antes. Lo que sí se recomienda es tomar abundante agua después de la donación.
Mito 3: Si dono sangre quedaré débil
FALSO: Normalmente nuestro cuerpo compensa la cantidad de sangre que se ha extraído. Si la persona goza de buena salud y cumple con los requisitos de donación, no presentará ningún tipo de alteración. La cantidad de sangre que se extrae representa menos del 10% del total en el cuerpo y se empieza a recuperar desde el momento de la donación.
Mito 4: Los materiales con los que se extrae la sangre son usados en varias personas
FALSO: Para cada donación se usa material nuevo, estéril y descartable. El personal del Banco de Sangre aplica medidas de bioseguridad para que no exista riesgo de contaminación. Todos los bancos de sangre cumplen estas medidas para que los donantes se sientan seguros.
Mito 5: Si dono sangre puedo quedar anémico
FALSO: La hemoglobina y hematocritos son analizados previamente. Los niveles de la persona en el momento de la donación deben ser normales, en caso contrario, no se permite donar para no correr riesgo de padecer anemia. Cabe recalcar que en nuestro cuerpo, el órgano encargado de producir las células de nuestra sangre es la médula ósea y esta se repone en forma total, aproximadamente en 52 días.
Mito 6: Donar sangre causa impotencia sexual
FALSO: No hay ninguna relación entre la donación de sangre y fallas en el sistema reproductor. La persona podrá seguir su vida sexual normal. Se recomienda no hacer ejercicios extenuantes ni fumar en las siguientes cinco horas después de donar.
Mito 7: Donar sangre es doloroso
FALSO: Es normal sentir dolor al momento del pinchazo y dependerá de la tolerancia de cada individuo, pero durante la donación no hay dolor.
Mito 8: Las personas que padecen diabetes e hipotensión no pueden donar
FALSO: Las personas que padecen esas enfermedades sí pueden donar, siempre y cuando estén controladas y cumpliendo con su medicación. Solo una persona diabética que sea dependiente de la insulina, no puede hacerlo.
Mito 9: Sólo se puede donar dos veces al año
FALSO: Los hombres pueden donar cada tres meses. Las mujeres pueden hacerlo cada cuatro meses debido a que pierden gran cantidad de glóbulos rojos en períodos de menstruación. Una persona es apta para donar si tiene entre 16 y 65 años, pesa más de 50 kilos, no estuvo expuesta ni es portadora de alguna enfermedad de transmisión sexual.
Mito 10: Para donar sangre hay que estar en ayunas
FALSO: No es necesario estar en ayunas para poder donar sangre. Se recomienda no consumir alimentos grasosos dos horas antes de la donación.
Mito 11: Si tengo tatuajes o piercings no puedo donar sangre
FALSO: Aunque es un factor de riesgo para el equipo médico, ya que se ignoran las condiciones del lugar en que se los realizó, alguien con tatuajes o piercings puede donar sangre un año después de habérselos hecho. Entonces ya se puede detectar cualquier anomalía en su sangre.
Mito 12: La sangre solo se necesita en casos de emergencia
FALSO: La sangre se necesita todos los días, para cirugías programadas, enfermos en tratamiento, etc. Cada donación se procesa para obtener distintos productos (glóbulos rojos, plasma, plaquetas) y puede ayudar hasta a tres personas diferentes, no sólo víctimas de accidentes, también pacientes con anemias, leucemia, etc. Además, donar en el momento en que ocurre un accidente grave puede ser demasiado tarde. La sangre necesita ser examinada antes de usarla, por lo que es vital tener las donaciones antes.
MITO 13: No puedo donar sangre si he tenido hepatitis
FALSO: Una persona sí puede donar sangre, siempre que haya padecido hepatitis A antes de los 12 años de edad. Pero NUNCA en el caso de las hepatitis B ni C.
Mito 14: Si dono sangre puedo contraer VIH-Sida u otra enfermedad
FALSO: Los donantes no pueden contraer ninguna enfermedad, ya que todo el material usado para la donación (jeringas, agujas, etc.) es estéril y desechable. Donar sangre es seguro.
MITO 15: Si dono sangre estaré más saludable porque mi sangre se renueva
FALSO: No hay ninguna evidencia que indique que sea así. La sangre se renueva todo el tiempo. En la médula ósea está la fábrica de las células de la sangre y por minuto se producen millones de glóbulos rojos que salen a la circulación. No se ha mostrado que las personas que donan sangre frecuentemente sean más sanas porque se les renueve más la sangre. Al donar, se extraen 450 ml de sangre. Lo primero que se recupera es el plasma, que es la parte líquida, y luego se recuperan todas las células de la sangre sin ningún problema.
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