El lunes 1ero febrero del 2021 Karina Gao recibió el resultado de su hisopado: positivo para covid. Cursaba la semana 24 de embarazo y, al principio, se sintió bien: “Lo tomé con humor, me aislé y me dediqué a mirar series de Netflix”, contó la cocinera de Flor de equipo en aquel momento.
Sin embargo, dos días después, resolvieron internarla -tenía fiebre y neumonía bilateral-, le colocaron oxígeno y al otro día la trasladaron a terapia intensiva. La situación comenzaba a empeorar.
El viernes 5 de febrero había desmejorado tanto que los médicos tomaron una decisión drástica: decidieron entubarla para llevarla a un coma inducido. “Fue un baldazo de agua fría recibir esa noticia”, asegura Karina Gao a quien le quedó una importante cicatriz en el rostro luego de 12 días en terapia intensiva.
Un video despedida
El día en que le avisaron que iba a entrar en un coma inducido -porque sus órganos estaban muy exigidos- grabó un video de despedida para su marido (Dominique Croce) y sus hijos.
“Fue un shock saber que me iban a entubar pero te aclaro no es que dije: “Listo, ya fue. Me voy a morir” pero sabía que era una posibilidad y, básicamente, lo que quería era despedirme de mis hijos y decirles cuánto los amaba, lo tranquila que me quedaba de que fueran criados por ese súper papá que tienen y lo mucho que me importaba que fueran felices el resto de sus vida”, nos cuenta la cocinera de Flor de equipo.
A su marido le pidió que formara una nueva pareja, que rehiciera su vida, si ella no sobrevivía. “Por suerte, ahora puedo hablar de todo esto sin dramatismo pero, en ese momento, sentí que era necesario darle las bendiciones al Franchu (así lo llama a Dominique) para que volviera a enamorarse. Lo conozco mucho y no quería que viviera en un duelo eterno sin permitirse una segunda chance en el amor”, explica Karina.
El momento más angustiante de su vida
Nunca más volvió a ver aquel video y considera que ya no tiene sentido hacerlo. “No es de negadora, ¿eh? Pero, claramente, el final fue otro… ¿Vale la pena recordar ese momento tan angustiante?”, asegura.
Cuando Karina supo que iba a ser entubada estaba embarazada de 24 semanas y admite que tuvo miedo de perder al bebé. “!En realidad tuve miedo de todo! Pero, puntualmente, cuando me avisaron que me iban a entubar pensé muy poco, fue todo súper vertiginoso, porque me dieron sólo 15 minutos para prepararme y los utilicé para despedirme de mi familia”, dice.
“En ese momento, exacto, me concentré en las personas que estaban conmigo, que me rodeaban y a las que, tal vez, no iba a volver a ver más”, cuenta y asegura que nunca se evaluó la posibilidad de que le realizaran una cesárea.
“Recuerdo haberle preguntado a mi obstetra que podía ocurrir si el bebé nacía en ese momento y me respondió, con mucha claridad, que, tal vez, no sobreviviría”, confirma.
“Yo soy una persona optimista por naturaleza y borré su comentario de mi cabeza y me concentré en seguir adelante. Pensé cosas como: “Bueno, nacerá unas semanas antes de la fecha probable de parto, pasará más tiempo en Neonatología hasta que maduren sus pulmones pero va a estar todo bien”, concluye.
Despedirse de sus papás
Ese fatídico día, Gao también le mandó un audio de despedida a sus padres. “Para los chinos, los jóvenes tienen que cuidar a los viejos: es nuestra tradición y nosotros la respetamos. Entonces, cuando me despedí de ellos, no podía evitar pensar: ¿Quién se va a ocupar de ellos cuando yo no esté?”, relata la chef.
“Mis padres no hablan bien español asi que están acostumbrados a que yo los acompañe al médico, a hacer compras o cualquier trámite…. Cuentan conmigo para lo que necesitan. Te diría que, en esos minutos previos a la intubación, era el futuro de mis padres lo que más me preocupaba”, continúa.
El contundente mensaje de Karina post covid
Obviamente, el covid le dejó secuelas y la recuperación no fue simple. “A mi me quedaron los músculos bastante atrofiados asi que estuve más de un mes y medio en rehabilitación. Después ya llegó el parto asi que no me quedó otra que dedicarme a Teo y recuperarme sola y a los tumbos como ando ahora”, cuenta entre risas.
Finalmente, Gao asegura que pasar por esta durísima experiencia le dejó una gran enseñanza: “Estar 12 días en coma me dejó la enseñanza de que hay que disfrutar de todo, hasta de respirar, pero también vivir menos acelerada. Creo que antes del covid vivía muy enloquecida y la enfermedad me hizo un click: me permitió descubrir que se puede seguir gozando de todo, con intensidad, pero sin apuro”
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