La artista visual Ana Laura Cantera, como toda persona con esta profesión, busca generar impacto con sus creaciones. Y no sólo logra este cometido a nivel visual, sino cuando explica con qué materiales realiza sus obras o, mejor dicho, biomateriales que desarrolla a partir de elementos que desechamos. Es así que logró desarrollar cuero a partir de la yerba mate usada.
Así lo explica ella: "Venía trabajando con diferentes investigaciones, reutilizando residuos como yerba, café, algún tipo de fibra, cosas que iba desechando a diario. En 2019 gano una beca en el MIT y quería llevar algún proyecto con verdadera identidad argentina: a partir de ahí empecé a desarrollar este material, a profesionalizarlo y a partir de ahí que generé este biocuero con el que realicé unas sandalias para presentar allá, es fue el punto de partida", señala la artista en diálogo con Para Ti.
Cómo se transforma la yerba mate en cuero
Ana Laura define el proceso de producción del biocuero como algo que es posible hacer en casa: "Proceso la yerba mate en la licuadora, le sumo agua, gelatina y glicerina vegetal y la hiervo. Luego coloco la mezcla en un bastidor cubierto con una tela, donde queda fraguando entre una semana y diez días. Finalmente, tengo el material listo para usarlo como quiero".
En cuanto a sus posibles usos, especifica: "Podés utilizarlo en todos los usos del cuero animal porque es muy resistente y su textura es la misma, con la variación de que tiene particularmente el color de la yerba, queda un verde muy oscuro porque se trabaja con la yerba mate usada y se oxida con el agua y el calor, entonces queda con un verde petróleo intenso. También se pueden agregar otros materiales que le modifiquen de cierta manera el color, pero siempre bajo esta gama oscura" mientras añade que "Posibilita el grabado láser, lo aplico por ejemplo a una línea de calzado y también a otras piezas".
El biocuero, apunta Ana Laura, es un material resistente a la humedad y al calor, como el cuero animal, aunque tiene varias ventajas con respecto a este material, si tomamos en consideración el impacto ambiental que genera su producción y lo que sucede cuando lo descartamos: el biocuero es compostable: "Vos descartás tus zapatos o lo que tengas hecho con este material y se biodegrada, esa es la diferencia brutal con los demás cueros que son totalmente tóxicos, ya a partir del tratamiento que le hacen para poder utilizarlos con fines textiles".
En cuanto a su forma de producción, si bien aún no es a escala, produce una muy baja huella de carbono (N. de R.: es un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto), sobre todo en comparación con la que genera la producción del cuero animal. "Si bien yo no lo llevo a escala porque trabajo con determinados pedidos, el impacto es prácticamente nulo porque se trabaja bajo el paradigma de la economía circular: se resignifican los residuos. Se hace con componentes muy fáciles de conseguir que se utilizan en la industria alimentaria. Además tiene la ventaja de que se pueden generar piezas tan grandes como el bastidor que se utilice, sin el condicionamiento del tamaño del animal y todo lo que eso implica".
Las aplicaciones del biocuero son las mismas que las del convencional: calzado, indumentaria y hasta packagings, según cuenta la artista, quien brinda cursos a diseñadores y emprendedores que forman parte de estas industrias.
Ana Laura, que es también docente, realiza este y otros desarrollos en la Universidad Nacional de 3 de Febrero con la que desde el año pasado llevó adelante un proyecto Covid: la fabricación de máscaras para que una compañía de bailarines de tango pudiera retomar su actividad.
Este material tiene todas las posibilidades de convertirse algún día en un reemplazo del cuero tradicional, aunque aún no existen desarrollos a gran escala. En este punto, apunta que es necesario apuntar no sólo a difundir el producto, sino a "contagiar" a los sectores que tienen que ver con esta industria, como diseñadores, fabricantes y también los consumidores: "También tiene que ver con el imaginario social: el cuero se viene usando hace muchísimos años, es muy usado, es muy buscado, es un producto caro que uno sabe que dura muchísimo pero es una cuestión también de expansión de la tecnología y hacer que cada vez se produzcan más propuestas de este estilo para poder hacer el cambio significativo".
Su aplicación a gran escala es totalmente factible y que poco a poco el cuero se vaya reemplazando por este tipo de iniciativas. "Creo que hay que hacer campañas de difusión y, más allá de lo que pueda hacer un diseñador, es expandir. Yo la receta la tengo abierta para que cualquiera la pueda hacer".
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