Son cada vez más las películas y series que abordan la diversidad de género, ni siquiera postulándose como algo novedoso, sino simplemente, dando cuenta de una realidad que ya no se pretende ocultar. Pero hubo años atrás un momento en el que dar cuenta de esto era, realmente, rupturista, dado que ni la audiencia ni los creadores de antes estaban acostumbrados a que se reflejara esta realidad en la pantalla. Se trataba de otro momento en la sociedad y en la cultura.
En 1999 una película independiente acaparó la atención de los medios y de la audiencia. Una muy joven Hillary Swank protagonizaba "Boys don't cry", una producción de bajo presupuesto que contaba una historia basada en hechos reales. Brandon Teena, un joven transgénero estadounidense originario de Nebraska inició su proceso de transición al decidir lucir un aspecto “varonil”, con un corte de pelo más corto y vistiendo ropa de chico. Se enamora y entabla una relación amorosa con una chica, pero un grupo de violentos no sólo abusan de él, sino que lo matan a golpes. Este hecho ocurrió realmente en 1993 y conmocionó la opinión pública de la época.
La interpretación y la transformación física lograda por la protagonista le valieron un Globo de Oro y también un Oscar como Mejor Actriz. Pero también el filme cobró relevancia al reflejar, mediante un hecho doloroso y cruel, la realidad de un sector social que empezaba a encontrar su voz también en la gran pantalla.
Por otro lado, el cine nacional también reflejó la diversidad de género en la película "XXY", dirigida por Lucila Puenzo, que cuestiona la división normativa del género—la binaria entre lo femenino y lo masculino— subrayando el hecho de que esta división se construye a partir de
la sociedad. Fue estrenada en el año 2007 en el aclamado festival de Cannes y premiada como mejor película de ‘Critics Week’. El filme recibió mucha atención mediática por abarcar un tema poco discutido, narrado desde la perspectiva de la protagonista que sufre psicológicamente cada vez que su mundo se vuelve en contra de ella por su “anormalidad genital.”
En 2019 llega a Netflix "Sex education", una serie británica entre cómica y ácida que muestra cómo se relacionan con el sexo y con la sexualidad un grupo de estudiantes de nivel secundario pero también los adultos que los rodean: padres, madres, docentes y la comunidad en general. Abarca este universo con una mirada realista y diversa: desde parejas estables en busca de mejoras en sus relaciones íntimas, hasta el descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia. Temas como el aborto, el acoso, la masturbación, las enfermedades de transmisión sexual y el descubrimiento de la propia identidad son abordados en esta serie se concentra en la necesidad de acceder a la información y el conocimiento para poder explorar y expresar el amplio abanico de sexualidades y deseos que mueven a sus protagonistas.
Una de las características de esta serie es que la heterosexualidad es solo una identidad sexual más. Hay lesbianas, putos, bisexuales, pansexuales, asexuales. Romper tabúes es una de las misiones de la serie: los discapacitados, los viejos, los que tienen cuerpos que no responden a los impuestos hegemónicamente también tienen sexo y disfrutan de sus cuerpos.
Es hora de defender la diversidad de género y celebrar la visibilidad de todas las expresiones. Compartimos los bocetos que estamos usando en esta causa para que te sumes usando los hashtags #Inclusion2021 y #Principios2021 para visibilizar este tema y brindando tu mirada sobre el tema. La propuesta es clara: Somos diferentes, eso es lo normal.