Creada a principios del siglo XX, se ha popularizado en los últimos años. Cuáles son sus beneficios y cómo se coloca.
Si bien no es novedosa, pues se comenzó a comercializar desde 1930, en Argentina hace pocos años que se utiliza y son las más jóvenes las que se animaron a usarla.
Es una opción ecológica, económica e higiénica con respecto a las tradicionales toallitas o tampones.
Su aparición revolucionó la visión que las mujeres tienen sobre la menstruación y, aunque muchas se resisten a cambiar por la copa menstrual, quienes han reemplazado las toallitas por este dispositivo, no vuelven atrás.
¿Cómo funciona la copa menstrual?
Se trata de un recipiente de silicona médica, que se introduce en la vagina durante la menstruación con el objetivo de recoger el flujo de sangre en vez de absorberlo como sucede con los tampones.
Su durabilidad está estimada en diez años, aproximadamente, y su costo es menor al de un paquete de toallitas higiénicas o tampones.
En cuanto al tiempo que la copa puede permanecer dentro de la vagina, los especialistas aseguran que puede ser entre 6 y 8 horas, aunque algunos estiman que también puede estirarse a periodos de 12 horas.
Antes de utilizarla, hay que hervirla en una olla unos tres minutos, o en el recipiente de silicona que se vende para el microondas y una vez que el ciclo culmina se hierve nuevamente y se guarda para ser reutilizada el mes siguiente.
Dos son los tamaños de copas menstruales: S y L, la más chica para las mujeres que no tuvieron ningún parto y la otra para las que ya transitaron por ese proceso.
Beneficios de usarlas
Además de las ventajas económicas y ecológicas, la copa menstrual evita molestias que merecen ser atendidos por las mujeres, evita la incomodidad que producen las toallitas y tampones, evita los malos olores, las paspaduras y hasta posibles infecciones.