La neuroarquitectura trabaja con la influencia psicoemocional que los lugares (las casas, las escuelas, los espacios de trabajo) ejercen sobre las personas.
A grandes rasgos, esta disciplina propone la creación de sitios placenteros, que incentiven el bienestar, la felicidad y la productividad.
“No es novedoso que nuestro entorno influye en cómo descansamos, producimos y nos sentimos. Los colores y los tipos de materiales ejercen una gran influencia. Hay ejemplos: se sabe que un ambiente totalmente blanco, genera ansiedad; los colores pasteles comunican calma y los vibrantes invitan al movimiento". explica María del Mar Danuzzo, encargada de arquitectura comercial en Familia Bercomat.
El poder de los colores en la percepción de los espacios
La neuroarquitectura estudia y trabaja a diario sobre cómo actúan los colores a nivel emocional. Se sabe, por ejemplo, que el color azul y algunos verdes intermedios pueden ayudar en las tareas que requieren creatividad.
La forma en que se utilice el color puede llegar alterar completamente la apariencia del espacio y, al mismo tiempo, influir en el estado de ánimo y la creatividad de las personas.
“A la hora de diseñar tenemos que tener bien planificadas las funciones de cada espacio. Por ejemplo, en la cocina también nos reunimos con amigos, es un momento de encuentro, por lo que todas esas funciones ´piden´ determinadas terminaciones o colores, que no son las mismas que una habitación” detalla Danuzzo.
Utilizar neuroarquitectura en los colegios, por ejemplo, podría impactar en el rendimiento de los alumnos. Hacerlo en espacios de trabajo podría tener consecuencias positivas en términos de productividad y creatividad de los colaboradores.
Y en otros lugares en donde es fundamental mantener la calma, como en salas de espera o habitaciones de hospitales y centros médicos, puede tener un impacto directo en la salud o en la recuperación de los pacientes.
La importancia de los espacios verdes para el bienestar
Se sabe que los espacios verdes son centrales para cualquier ser humano. La neuroarquitectura explica el por qué. "La sensación de estar encerrados genera estrés y disminuye la productividad. En cambio la luz natural aumenta la concentración y favorece la calma. Por eso las vistas al exterior de los edificios mejoran el estado de ánimo de quienes habitan esos espacios” afirma Danuzzo.
El rol de la iluminación
También la iluminación tiene un rol central en nuestro estado de ánimo. La luz natural ayuda a la concentración de las personas y genera un ambiente más amable que la luz artificial, que obliga al cerebro a esforzarse más en la tarea a realizar, algo que incide negativamente en la productividad. Además, la luz natural acerca a los individuos con el exterior de los espacios.
La importancia de muebles y objetos
Otro elemento importante en la neuroarquitectura es el mobiliario y sus formas. Donde hay muchas superficies duras, se produce un eco de las ondas sonoras y esto causa estrés. Las formas redondeadas, en cambio, resultan más acogedoras, mientras que las formas más agudas, nos ponen en alerta.
Fuente y fotos: gentileza Familia Bercomat.
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