En la emisión del 14 de enero de Masterchef Celebrity se definía quienes serían los dos finalistas del programa. Analía Franchín, muy nerviosa, antes de entregar el plato comentó: “Ay, tengo un nivel de nervios como si estuviese entrando al altar”. La frase disparó inmediatamente la memoria de Santiago del Moro – gran amigo de la periodista- quién le recordó: “Ana, vos te estuviste por casar, y pensabas entrar a tu boda en un elefante”. Y, ante la sorpresa de todos sus compañeros, la participante no sólo no negó la información sino que además agregó datos: “Ay, sí. Pero suspendí todo porque me dio miedo”.
Para Ti se comunicó con Franchín para saber más datos de esta novia fugitiva y su galán.
-Queremos saber quién era ese novio al que dejaste plantado en el altar y con un elefante listo para entrar al salón
Vos ya le estás dando mucho color a la historia y yo te voy a contar, en detalle, cómo fueron las cosas. Yo salía hace muchos años con un chico que se llamaba Francisco -te aclaro que no es famoso así que ni te gastes en googlearlo- y él era como el típico soltero que nunca se iba a casar. Ojo, teníamos una relación súper seria, muy linda, estuvimos 6 años juntos pero, claro, la propuesta de matrimonio no llegaba y yo estaba obsesionada con casarme. Te confieso algo: iba a la iglesia el Santísimo Sacramento a rezar para que me pidiera matrimonio en algún momento.
-Hasta que un día la propuesta llegó, claramente
Llegó, sí. Pero ya era tarde. Yo empecé a trabajar en Intrusos y como que dejé de tener el foco en el casamiento, me puse como más huidiza y se ve que Francisco notó que la cosa empezaba a enfriarse.
-Decime la verdad: ¿le habías echado el ojo a otro candidato?
(Suelta una carcajada) ¡Te juro que no! ¡No me gustaba otro! Pero sí es verdad que se me había pasado el interés por casarme y el algo olió. Un día le aviso que me voy con Natalia Oreiro a Corrientes a hacer una nota y, cuando estaba allá, me dice por teléfono: “Tengo un regalo para vos, asi que voy a buscarte a aeroparque para dártelo”.
-¿Sospechaste qué podía ser?
Para nada. Pensé que a lo mejor me traía un perro…. Pero era raro que lo llevara al aeropuerto. Bueno, la cosa es que bajo del avión y me da un sobre con un papel adentro: era la fecha para casarnos en la iglesia del Santísimo Sacramento a la que yo tanto había ido a rezar, justamente, para que pasara esto: ¡Me pidiera matrimonio! Fecha: 7 de marzo
-¿Cómo fue tu cara en ese momento? ¿Ya sabías que no te querías casar con el?
Y …. Me quedé medio en shock. La traté como de pilotear con cara de emoción pero yo creo que se dio cuenta que algo no había resultado como él esperaba. A penas me quedé sola llamé a mi papa porque, te soy sincera, yo sólo pensaba en casarme por mi papá, que tenía el sueño de entrar a la iglesia conmigo del brazo y llevarme al altar vestida de blanco.
-¿El sí se puso contento cuando le diste la gran noticia gran?
Naaa.... él me conocía bien. Le dije toda entusiasmada: “!Papi, me caso!” y me contestó muy serio: “Hasta que no lo vea no lo creo”. Y bueno, claro, no lo vio porque no pasó (se ríe)
-¿Es verdad que pensabas entrar al salón subida a un del elefante?
Sí, claro. Era mi sueño, porque soy totalmente fanática de los elefantes, y se lo dije a Francisco.
-Veo que nunca algo normal
Jamás. Obvio que, cuando le conté mi plan, me dijo: “Mirá Ana, vos hacé lo que quieras. Entrá subida a un elefante y yo llego después caminando, atrás, tranquilo, pero conmigo no cuentes para semejante locura”.
-¿Y cuando le transmitiste tu decisión de no casarte? Confieso que estoy sufriendo un poco por Francisco
Y… me tomé un tiempo. Llegamos a contratar el salón en San Telmo y algunas cositas más pero …. ¿Sabés cuándo hice el click y supe, realmente, que no estaba lista para casarme? Un domingo a la mañana fue a comprar facturas y cayó en casa (porque nosotros vivíamos juntos) con la revista Novias, para que yo elija vestidos. Y ahí sentí que no podía casarme, que no era un plan para mi: ni en ese momento ni nunca. Y bueno, se lo dije.
-¿Y ese mismo día se separaron?
¡No! ¡Para nada! Yo lo quería a Francisco y no pensaba en separarme sólo me di cuenta que el casamiento no era para mi, que me generaba fobia o no sé cómo definirlo y que era mejor cancelar el plan. Es más, seguimos juntos un tiempo más. Obvio que ya no fue lo mismo, algo se había roto. Eso no lo puedo negar.
-Bueno, en algún momento superaste la fobia porque te casaste, en secreto, con Sebastián (Esquenazi)
No, no, no y aprovecho este momento para negar esa información que salió publicada en varios medios: nosotros no estamos casados. ¡No sé a quién se le ocurrió la idea de que nos casamos en secreto! Yo no soy pro matrimonio: me da terror la idea de casarme. Es más, te digo algo: cuando voy a la boda de una amiga siento una angustia espantosa. !No me da alegría! No te puedo mentir. Ojo, la fiesta, el baile y todo eso me encanta. ¡Lo súper disfruto y soy feliz! La mejor invitada del mundo.
-¿Y qué es lo que no te gusta? ¿La idea de formalizar, la libreta roja, la promesa de compartir tu vida para siempre con alguien?
Claro, todo eso. Ir a fimar un papel que me une para toda la vida a alguien me genera claustrofobia. Eso es lo que siento.
-¿Y si Sebastián te propone entrar en elefante?
Bueno, ahí lo pienso un poco….. (suelta una gran carcajada). No, hablando en serio: yo siento que la seguridad mata al hombre. No quiero sentir esa seguridad.
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