A días de cumplir 24 años, Nadia Podoroska se ha consagrado luego de un año 2020 excepcional a nivel deportivo, en una de las tenistas argentinas más prometedoras a nivel nacional. La rosarina experimentó un vertiginoso ascenso en el escalafón durante el año pasado, pasando del puesto 255 al 47 del ranking profesional de la WTA, lo que la ha ubicado entre los deportistas de élite de nuestro país.
Uno de los hitos de Nadia durante 2020 fue su campaña en el torneo de Rolland Garros, donde pasó de la qualy a semifinales en una excepcional presentación. Ya al llegar a cuartos de final, Podoroska había hecho historia ya que hacia 16 años que una argentina no llegaba a esas instancias en un torneo de grand slam. La anterior había sido Paola Suárez en Wimbledon 2004.
De Rosario al mundo
Nadia nació en Rosario, Santa Fe, el 10 de febrero de 1997. De familia de clase media, sus padres (Irene y Marcelo) son farmacéuticos y sus bisabuelos eran ucranianos. El apodo de Rusa salió por una nota del diario La Capital, de 2012.
Podoroska comenzó a jugar al tenis a los 5 años en el Club Atlético Fisherton, cuna de talentos ya que allí Luciana Aymar jugó al hockey sobre cesped.
Rápidamente Nadia empezó a descollar en el deporte. Tanto que a los 14 años y 9 meses ingresó al ránking nacional y se consagró como la segunda argentina más joven en hacerlo, solo superada por Gabriela Sabatini, que lo hizo a los 14 años y 5 meses.
A los 19 años, cuando ya se ubicaba en el puesto 191 del ránkig mundial, la rosarina tuvo problemas físicos que la alejaron durante 8 meses de la competencia. En ese momento sufrió lesiones en la mano derecha, la espalda y la cadera. Recuperada, en 2018 decidió mudarse a España para estar más cerca de las sedes de los torneos del circuito. El viaje fue realizado con un gran esfuerzo económico, y ayudada por muchas personas incluidos sus nuevos entrenadores Juan Pablo Guzmán y Emiliano Redondi.
En 2019 ganó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima y recibió una beca del ENARD por "excelencia panamericana", lo que brindó un alivio a su situación económica.
En 2020 logró una escalada impactante en el ránking gracias a sus logros deportivos y confesó que hace un año que realiza un trabajo mental que la ha ayudado muchísimo a conseguir hazañas. Se trata de un método basado en dos pilares: la neurociencia y el bompu zen, una técnica de la filosofía oriental zen pero sin la parte religiosa. Su coach mental es Pedro Merani, entrenador que vive en Doha, Qatar.
Merani explicó a los medios que el bompu zen es "ser uno mismo con el universo”. En su método, la respiración, la relajación, la visualización y la meditación son las claves para trabajar la mente y el cuerpo.
"Es un aspecto que yo nunca había trabajado: no está relacionado a la psicología sino que es más un entrenamiento mental para la competencia. Tiene ejercicios diarios de meditación, relajación, visualización. Es un proceso de autoconocimiento", explicó Nadia sobre el bompu zen.
Y sobre su coach mental, comentó: “Es una persona que se dedica a los temas relacionados con la concentración y la meditación. Encontré una seguridad importante en ese aspecto y es algo que influye mucho en mis resultados”.
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