Una piel de madera y hormigón viste las fachadas y moldea los interiores de esta casa de dos plantas diseñada por el estudio de arquitectura de Pablo Vodopivec y Silvia Colotto. Ventanales a doble altura desdibujan los límites entre el interior y las galerías abiertas al jardín.
En el gran living comedor todo es madera, hormigón y vidrio. Los techos a doble altura están revestidos en listones de eucalipto grandis curados y los pisos llevan tablas anchas de pino Oregon recuperado. La predominancia absoluta de la madera sólo es interrumpida por el gran ventanal, también a doble altura, que lo abre por completo hacia la galería y desde allí al jardín. Los arquitectos Vodopivec y Colotto (http://lauvec.blogspot.com) le dieron a las dos únicas paredes de material un tono gris oscuro que las deja deliberadamente en un segundo plano. Dentro de esta gran caja de madera se resolvió una decoración ecléctica: sillones nórdicos de los años ´60 retapizados en pana turquesa (del Mercado de Pulgas), mesa de hierro y madera hecha por un carpintero, y dos ejemplares de la Barcelona -el sillón y el chaise longue- en su cuero sueña original. También sesentosas, las dos lámparas colgantes de vidrio llegaron desde una feria de antigüedades.
El comedor es muy austero, con una mesa de lapacho rectangular y sillas encontradas en un anticuario de San Telmo. Al fondo, la pared pintada de gris oscuro contiene a la chimenea, con su boca descentrada y una icónica lámpara de los años 60 a su lado. El tamiz del entrepiso se realizó con varillas de grandis estacionado. Como centro de mesa, un florero artesanal de cerámica con hojas . Hacia un costado sorprende el mueble patinado por Inés Repetto que oficia de bar.
Los arquitectos Silvia Colotto y Pablo Vodopivec proyectaron una alegre y colorida cocina con pisos calcáreos de diferentes tonalidades y una mesa cuadrada de campo a la que le agregaron ruedas, en compañía de sillas patinadas en diferentes tonos. La mesada en “L” es de Corian y los muebles de guardado tienen frentes de madera, bien rústicos. Unas lámparas colgantes de alambre terminadas con ondas dan el toque elegante. Las paredes pintadas de un gris oscuro y el techo de hormigón visto, aportan el necesario soplo de modernidad.
La suite principal fue decorada con mantas, almohadones de tusor y cortinas de gasa de algodón teñidas a mano en un juego entre celestes, grises y lima. Una manta de lana, una alfombra estampada y un sencillo banco de madera con una antigua lámpara de escritorio a modo de luz de noche, completan esta deco informal.
El contrafrente forma una “L” sobre el jardín. Todo el bloque superior lleva una piel de madera de eucalipto grandis machimbrado que le da personalidad a la casa. En la planta baja, hormigón encofrado con tablas a la vista en la losa y columnas. Y como cierre, grandes paneles de vidrio y carpinterías de aluminio anodizado gris grafito.
Producción: Andrea Sanguinetti.
Fotos: Axel Indik.