Martín Rieznik comparte consejos y claves de su propia escuela de seducción para acercarnos mejor a la persona que nos gusta. Para amar u odiar (y para enamorar), los 9 mandamientos del hitch argentino.
¿Qué tan buena te considerás conquistando? Buenísima, buena, regular, malísima... ¡No te preocupes! Nunca es tarde para aprender a hacerlo mejor.
Según el escritor, cineasta y experto en seducción Martín Rieznik también podemos aprender las técnicas del romance, desde el principio.
"Empecé leyendo libros sobre el tema por una curiosidad personal, pero hoy ayudo a miles de personas a tener más éxito con las personas por las que sienten atracción", aseguró @martinrieznik en una charla de #EnergiaParaTi (de lunes a viernes, a las 10, en @paratirevista).
Así que vayamos a los consejos del director de LevantArte Latinoamérica.
Consejos para seducir mejor
1. Polarizá y reinarás
No pretendas gustarle a todos, es imposible.
Christian Rudder es el dueño de la aplicación de citas OKCupid y realizó muchísimos experimentos para medir la atracción. En uno de ellos pidió a un grupo de hombres que califiquen a un grupo de mujeres según el grado de atractivo del uno al diez.
¿Qué perfil de mujer tendrá más conversaciones e invitaciones a citas? ¿El de una mujer cuyo promedio es 5,5 porque todos los hombres le dan ese puntaje o el de una mujer cuyo promedio es 5,5 porque algunos la puntúan en 10 y otros en 1? Un ejemplo de promedio de 5,5 como resultado de muchos 10 y muchos 1 podría ser una foto tuya haciendo el ridículo o mostrando naturalmente esos rollitos que te bancás tener.
¿El resultado? Las mujeres que obtienen el 5,5 promedio por una mezcla de altas y bajas puntuaciones reciben muchos más mensajes e invitaciones a citas que las mujeres que obtienen el promedio de 5,5 por muchas calificaciones de 5,5.
Exponete y no tengas miedo de hacer el ridículo. Vos no querés estar con todos sino con los que te valoran.
Polarizar es también una forma de filtrar e interactuar solamente con aquellos hombres que te aceptan como sos.
2. Ni SI, ni NO... Quizás
En un experimento realizado por el Dr Erin Whitchurch del departamento de psicología de la Universidad de Virginia se reclutó a estudiantes universitarios y se los dividió en tres grupos.
A todos ellos se les mostró perfiles de mujeres en Facebook. A los hombres del primer grupo se les dijo que estaban viendo los perfiles de mujeres que habían declarado sentirse muy atraídas por ellos. A los del segundo grupo, se les dijo que las mujeres que veían, no se habían sentido nada atraídas por ellos. Finalmente, a los hombres del tercer grupo, intencionalmente se les dio información confusa: se les dijo que verían los perfiles de varias mujeres y que algunas de ellas se habían sentido muy atraídas por ellos y otras no tanto pero que habían perdido las respuestas de ellas así que no tenían certeza de cuáles eran las que realmente estaban atraídas.
Luego de ver los perfiles, los hombres debían completar un cuestionario y calificar cuán atraídos se habían sentido por la mujeres en cuestión.
¿El resultado? Lo que más atracción generó no es el interés ni el desinterés declarado sino la duda, la incertidumbre incrementa la atracción.
Las mujeres del tercer grupo, las que se informó “que era probable que estuvieran atraídas por ellos” fueron las que más interés despertaron en los varones.
En conclusión: lucir "demasiado accesible" puede perder la gracia el proceso de seducción pero parecer "imposible" puede provocar una rendición antes de tiempo. O sea... vale el viejo y mal querido histeriqueo. Nos guste o no.
3. Extrañar es amar
El filósofo español José Ortega y Gasset nos dejó acaso una de las más bellas definiciones sobre el amor cuando escribió “estar enamorado es pensar en alguien que no está”.
Que él piense en vos durante la cita que tienen es normal, está sentado delante tuyo. Ahora, si al día siguiente, cuando vos no estás, él sigue pensando en vos y pasan dos días y aún sigue pensando en vos ¿No es acaso un síntoma del enamoramiento?
¡Dejalo que te extrañe! Nada es más movilizante para un ser humano que el miedo a perder y si estás siempre presente nunca le dejarás lugar a ese sentimiento de querer esforzarse para volver a verte.
4. Hoy puedo, mañana no
En un experimento realizado por el psicólogo Stephen Worchel de la University of Hawaii, le dieron a un grupo de hombres un tarro con diez galletas. A otro grupo les dieron un tarro con apenas dos galletas. Las galletas de ambos tarros eran las mismas.
A todos los participantes les pidieron que probaran las galletas y luego dijeran cuán dispuestos estarían a comprarlas cuando salieran al mercado. Cuando los participantes tenían sólo dos galletas, estaban más dispuestos a comprarlas en el futuro que cuando les dieron el tarro con diez galletas.
Y cuando les decían que la escasez de galletas se debía a que otros participantes habían comido más galletas que las asignadas, más dispuestos estaban aún a comprarlas.
La conclusión del autor del estudio fue que esto indicaría que apreciamos lo que escasea o es difícil de conseguir, sobre todo si otros lo desean.
¿Cómo aplica esto a la seducción? Por ejemplo si el te pregunta: “¿nos vemos el jueves o el viernes?”, por más que tengas la agenda más vacía que Macri en cuarentena, elegí un día y decile algo así como: “el jueves mejor porque el viernes lo tengo súper complicado” y seguro va a valorar mucho más ese encuentro que si le contestás “puedo cualquiera de los dos días”. Sí, otra vez el histeriqueo. Disculpen chicas, pero es información y no opinión.
5. 6 sonrisas para enamorar
Los psicólogos Debra Walsh y Jay Hewitt de la Universidad de Missouri estudiaron el efecto de la mirada y la sonrisa en el cortejo mujer-hombre.
En el experimento titulado “Effect of eye contact and smiling in a bar environment” descubrieron que los hombres necesitan una gran cantidad de invitaciones no verbales antes de acercarse a una mujer desconocida.
En el estudio instruyeron a un grupo de mujeres para que hagan contacto visual con hombres en un bar. Una vez que establecían el contacto visual, debían sonreír o mirar hacia abajo. Luego se registró si los hombres se acercaban a ellas o no.
Cuando se establecía contacto visual una sola vez, apenas un 5% de los hombres se acercaron. Cuando el contacto visual fue repetido pero sin sonrisa, un 20% de los hombres se acercaron a hablar a la mujer. El comportamiento de acercamiento más alto, del 60%, fue cuando la mujer miró y sonrió repetidamente al hombre ¡Un mínimo de seis veces!
Es decir que para lograr efectividad en su invitación al cortejo, la mujer debería mirar y sonreír al hombre al menos seis veces en un lapso breve de tiempo. En la situación de control, cuando la mujer no envió ninguna señal en absoluto, ningún hombre en el bar se acercó.
¿Querés que se acerque? Vas a tener que ser insistente, al parecer a los hombres les cuesta entender las sutilezas.
6. Cuando tus amigas hablan de vos
No hace falta conocer a una persona en profundidad para saber si nos caerá bien o no, a veces basta con escucharla hablar sobre sus amistades para comenzar a valorarla positiva o negativamente, según corresponda.
Los psicólogos Skowronski, Carlston, Mae y Crawford de la Universidad de Illinois del Norte investigaron este fenómeno al que denominaron “Spontaneous trait transference”, (transferencia de rasgos espontánea).
Los científicos realizaron el siguiente experimento: hicieron que un grupo de participantes asistan a un video de un actor o actriz, hablando de un amigo supuestamente cercano. Las declaraciones fueron diseñadas para resaltar rasgos positivos o negativos según el caso.
Algunas declaraciones negativas fueron por ejemplo: "mi amiga odia a los animales. Hoy camino al trabajo, un cachorro se le cruzó en medio y ella lo pateó fuera de su camino." A pesar de que los participantes sabían que su interlocutor estaba hablando de otra persona, atribuyen sistemáticamente los rasgos negativos y positivos a quién los narraba.
Existe un dicho popular que postula que “somos el promedio de las personas que nos rodean”. Más allá de la certeza incomprobable del postulado, no caben dudas de que nuestros círculos sociales son un buen indicador de quién somos.
Hablar mal de una amiga, es muy parecido a hablar mal de uno mismo. Al fin y al cabo a los amigos se los elige. Por eso, siempre hablá bien de tus amigas y sus valores, son tu mejor reflejo.
7. ¡Tomá la iniciativa!
Los matemáticos Lloyd Shapley y David Gale quisieron dilucidar la siguiente cuestión: si como reza el dicho “el hombre propone y la mujer dispone” ¿Qué grupo obtiene más ventajas? ¿Serán las mujeres o los hombres quienes quienes accedan a las mejores parejas posibles según su gusto?
Los científicos demostraron matemáticamente que éste escenario, contrariamente a lo que podría pensarse, favorece a los hombres.
Con esa dinámica, ellos terminan emparejándose con la mejor opción que podrían lograr teniendo en cuenta las preferencias de suyas y de ellas. Las mujeres, en desventaja, acabarán emparejándose con el mejor hombre... ¡de los que se le acercaron!
La actitud pasiva lleva a que sólo puedan elegir entre los que se le acercan. En cambio, si ellas hubieran tomado la iniciativa ¡podrían haber obtenido mejores resultados para sus preferencias!
El secreto es simple: quien esté dispuesto a enfrentarse al rechazo es quien se lleva las de ganar, exponerse al rechazo tiene sus ventajas. Esto no significa que muestres todas tus cartas de una, pero sí significa que es mejor avanzar un poco que quedarse esperando eternamente esa invitación a tomar algo que nunca llega.
En vez de esperar pasivamente. podés por ejemplo decirle por chat “Las ganas que tengo de tomar una cerveza hoy!” o “Recién me pasaron una película de terror pero me da miedo verla sola.” Tomá la iniciativa y vas a salir ganando.
8. La clave de las fotos perfil en las redes
El profesor Khalid Khan de la cátedra de “Salud de la Mujer y Epidemiología Clínica” de la Universidad de Columbia ha revisado decenas de investigaciones científicas y ha resumido en pocas puntos qué fotos son las que mejor funcionan a las mujeres la hora de encontrar pareja online.
Las selfies no son una buena foto, reciben un 40% menos de me gusta que el resto. Sonreír mostrando los dientes genera un 76% más de me gusta. El pelo agitado por el viento otorga un 27% más de me gusta. Estar sola en el retrato un 69% más.
Conclusión: no uses selfies, sonreí, mostrate sóla y... ¡dejá que el viento juegue con tu pelo!
9. Llamálo por su nombre
En el famoso best seller “Cómo hacer amigos e influenciar en las personas” Dale Carnegie cita un estudio en el cual se descubrió que la palabra más repetida en los telegramas de la época en que publicó su libro era “yo”.
Sí, a todos nos encanta hablar de nosotros y más aún que otra persona nos nombre. En las aplicaciones de citas los mensajes en que se nombra a la otra persona obtienen una tasa de respuesta 35 % mayor que aquellos en que no se la nombra.
Todos tenemos nuestra cuota de narcisismo, por eso escuchar o leer nuestro nombre nos agrada. No pierdas oportunidad de teclear su nombre o nombrarlo en cada conversación que tengan, eso hará que él sienta muchas más ganas de conversar con vos que con alguien que ni siquiera recuerda su nombre.
También te puede gustar: Las 11 máximas de Gabriel Rolón sobre el amor y el desamor (antes durante y después de la cuarentena)