Es lo último en tendencia y tiene la ventaja de que no necesita de cuidados especiales como otros tipos de plantas. Por eso, la kalanchoe blossfediana se consagra como una de las más buscadas y elegidas para sumar a los diferentes ambientes de la casa. Además, se adapta tanto al interior como al exterior y es apta para principiantes.
Originaria de Madagascar, forma parte del género Kalanchoe siendo una de las variedades más populares y elegidas para decorar la casa.
Esta suculenta de moda puede llegar a alcanzar los 30 o 40 cm de altura y unos 20 cm de ancho, por lo que es ideal para darle un toque sutil, natural y alegre a cualquier espacio.
Sus hojas de color verde oscuro son carnosas y se destacan por su forma ovalada y márgenes ondulados.
La inflorescencia es un corto tallo con tres pares de hojas que nacen en las axilas y al final surgen en forma de racimos numerosas y pequeñas flores, las cuales pueden ser de diversos colores como amarillo, blanco, naranja, rosado y púrpura. Su floración se da a finales del invierno hasta principios del verano.
Cómo cuidar una kalanchoe blossfeldiana
- Luz: le sientan bien los espacios bien luminosos pero siempre evitando que los rayos del sol impacten directamente sobre sus hojas ya que podría quemarlas.
- Ubicación: en interiores se recomienda colocarla cerca de una ventana mientras que en exteriores en un espacio con sombra o semisombra.
- Riegos: al tratarse de una suculenta, no es muy exigente en cuanto a riegos por lo que deben ser espaciados y moderados evitando los excesos. En verano se recomienda hacerlo una vez y en invierno dos veces al mes.
- Sustrato: debe ser suelto, rico en nutrientes y con un buen drenaje que airee sus raíces y evite los encharcamientos.
- Fertilizante: debe ser líquido y diluido en el agua de riego. Se recomienda hacerlo cada 15 o 20 días durante su época de floración.
- Poda: Se recomienda ir podando o retirando las partes secas o muertas para facilitarle el correcto desarrollo. Se puede hacer dos veces al año.