La alimentación cetogénica y antiinflamatoria es un tipo de dieta terapéutica y preventiva de la mayor cantidad de enfermedades de la población mundial.
Este tipo de alimentación propone repensar el equilibrio entre lípidos, proteínas e hidratos de carbono. Es una dieta por la cual se reduce drásticamente la ingesta de azúcares e hidratos, reemplazándolos por grasas animales. De esta forma, permite equilibrar el peso y mantener la salud.
Algunos de los alimentos que integran este régimen figuran el chocolate amargo, los quesos, las verduras, el huevo, los pescados, las almendras, las nueces y las avellanas, además del aceite de coco. Estos alimentos generan saciedad y una correcta nutrición.
A través de la alimentación cetogénica se generan en el organismo unas sustancias denominadas cuerpos cetónicos, elementos muy nutritivos para las mitocondrias, las usinas eléctricas de nuestro cuerpo, pero con un menor desgaste de las mismas.
Esta energía, fundamental para el corazón, produce a su vez saciedad y también sedación, lo que protege al cerebro de una manera mucho más completa que con una alimentación rica en hidratos y azúcares.
Se invita a disminuir este tipo de alimentos y aumentar los verdaderos nutrientes, ya que este tipo de dieta se relaciona con la prevención de enfermedades, y desde ya con una longevidad saludable. Razón por la cual, la consideramos una alimentación antienvejecimiento básica para la medicina preventiva.
Desde el punto de vista científico, la alimentación cetogénica revierte los problemas ocasionados por las dietas de comidas rápidas y delivery, basadas en hidratos y azúcares, esto es obesidad, aterosclerosis, demencias y enfermedades autoinmunes.
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