En Costa Esmeralda, sobre un arbolado terreno de 1110 m2, se levanta una obra potente del estudio del arquitecto Luciano Kruk que creó una vivienda que se funde con el bosque para gozar de sus aromas, texturas y visuales.
La “Casa de los Arboles” está ubicada en un lote que presenta su cara de mayor altura al frente y desciende a medida que se aleja de la calle, en el mismo sentido que lo hacen los médanos, para fundirse luego con el mar.
La construcción se presenta como un gran cubo de hormigón que apoya por completo en un volumen estructural de pisada mínima que alberga el acceso, áreas de servicio y la sala de máquinas.
Al frente, como una saliente y en altura, sorprende el volumen que contiene a la pileta, que queda en línea perfecta con el primer nivel.
Tiene un dormitorio principal más dos secundarios, un área de uso social y una piscina.
Envuelta por los pinos, es un auténtico refugio en el bosque; la construcción concebida por el estudio de Luciano Kruk se fundió con el paisaje, lo cual le otorgó privacidad y la posibilidad de acristalarse.
La casa está enteramente construida en hormigón visto y vidrio. Los cerramientos exteriores son de aluminio anodizado color bronce oscuro, un tono que permite invisibilizar las carpinterías y enfatizar el contraste de los vanos con la envolvente de hormigón.
En la primer planta -elevada dos metros respecto del nivel del terreno- se dispusieron las actividades comunes; mientras que en el piso superior se encuentran los dormitorios. Un muro que emerge desde el terreno hasta el nivel de cubierta organiza ambas plantas.
La planta más baja -de uso social- presenta muros bajos, tanto en sus laterales como al frente. Hacia el contrafrente, unas carpinterías de piso a techo abren el ambiente hacia una terraza-mirador que sirve de expansión al living comedor.
Como nexo entre las dos plantas, una escalera de hormigón coronada por una lucarna quela baña de luz.
En cuanto a la ambientación, la casa continúa con el lenguaje moderno y minimalista en la elección de los (pocos y selectos) muebles: sillones clásicos de autor (un Barcelona, un LC2 de Le Corbusier, sillas Bertoia para el comedor y lámparas también de diseño.
En el piso superior -el de los dormitorios- los paramentos laterales ascienden hasta el nivel de cubierta y generan así cierto grado de intimidad respecto de las viviendas vecinas.
La arquitectura aquí es brutalista, con el hormigón como protagonista.
La piscina se proyectó despegada del suelo: una estructura independiente conectada con el área social por medio de la expansión semicubierta. El estudio buscó no interferir la continuidad visual de la casa con el verde, por eso optó por implantar la pileta de modo perpendicular a la construcción. El resultado queda a la vista.
Producción: Mery de la Cruz. Fotos: gentileza Daniela Mac Adden para estudio Arq. Luciano Kruk.
Más información: parati.com.ar