Andar en bici en altura, entre los árboles y descubriendo una reserva natural es una de las nuevas y atractivas experiencias que ofrece Bélgica.
Precisamente en Limburgo, una de las 12 provincias que forman parte de los Países Bajos, acaban de inaugurar una bicisenda circular para pasear entre la frondosa vegetación.
Un diseño circular a través de los pinos
La construcción en forma de espiral redonda les resulta muy encantadora a los nuevos visitantes que repiten el recorrido de 600 metros más de una vez.
La ruta circular Cycling Through The Trees permite que los paseantes se eleven a 10 metros del suelo, de manera de estar muy cerca de las copas de los árboles.
Intervención y cuidado ambiental
El proyecto está ubicado en la reserva natural de Pijnven y los arquitectos detrás de la construcción -líderes del equipo de BuroLandschap y De Gregorio & Partners- se ocuparon de reducir al mínimo el impacto ambiental del entorno.
Por eso, se utilizó una sola grúa y se evitó el hormigón. La estructura de acero se asienta sobre pilotes de tornillos.
La estructura es un doble círculo de 100 metros de diámetro y el camino tiene 3 metros de ancho que se elevan y vuelven a bajar hasta el suelo del bosque.
La plataforma y los soportes de la bicisenda están hechos de acero desgastado, que tiene un color naranja pardusco que se confunde con tono de los troncos de los pinos.
Los árboles que sí fueron talados se usaron para armar estaciones de descanso que forman parte de esta nueva atracción que ya es famosa en la zona.
Cosas que pasan cuando la arquitectura acompaña las experiencias de turismo inmersivo. Dan ganas de pedalearla.