"Si no hay héroes que te salven, te tienes que convertir en uno"… Leí alguna vez.
Y hoy deseo que seas uno de ellos.
Que te conviertas después años de no sentirte suficiente.
Que te conviertas dejando de creer las palabras que alguna vez te dijeron.
Que te conviertas olvidando las situaciones que tanto dolieron.
Que te conviertas con el apoyo necesario para sanar, para rearmarte, para integrarte de nuevo a la vida, para simplemente ser.
Ser, como vos quieras, en todas tus formas y colores, con todos tus matices.
Matices que poco a poco se van transformando. En estudio, en perseverancia, en consciencia.
Consciencia de respeto hacia el otro, de saber que realmente no eras ni sos diferente, sino que todos los somos y que la grandeza no reside en ser fuerte, sino en usar correctamente la fortaleza.
Fortaleza que inspire a que más corazones, cuando deseen saber cómo es su compañero, lo único que deban hacer es mirar.
Mirar es conocer su alma, sin prestar atención a la forma que tenga de vestirse, de caminar, de andar, de callarse, de hablar o de llorar. Mirar más bien cuando ríe.
Y qué podes hacer para lograrlo.
Supongo que ya descubriste de que hablo y que, si te lo digo a vos, es porque también me lo digo a mí.
No me refiero solo al bullying o acoso escolar, sino a mi experiencia.
Experiencia que me trajo hasta acá. Lo que hago. Lo que soy.
Experiencia que me guió a elegir una profesión para mostrar de que se trata, concientizar y ayudar.
Experiencia que me costó el último año de mi secundaria y varios más. Más de proceso judicial, de pericias y de juicios (humanos).
Más de afrontar y enfrentar una institución totalmente ausente durante los sucesos.
Más de reflejos y espejos para que una sociedad, aún a tiempo, pueda reflexionar.
Más de ver a niños, adolescentes y adultos con memoria recurrente, que atraviesan este fenómeno que permanece (o permanecía antes de mi) oculto, pero como la experiencia común lo indica, ignorar un problema no provoca su desaparición.
Digo antes de mí, porque a través de un trayecto largo y doloroso, fui la primera persona que llevó lo que parece tan normal pero que lastima tanto, a la instancia de un juicio oral a nivel nacional.
El primer antecedente.
La primera jurisprudencia.
Y no, no es motivo de felicitación ni de esmero o de asombro. No debería suceder. Ni a vos, ni a mí, ni a nadie.
Pero alguien tenía que comenzar lo que mañana será un nuevo derecho. Y nadie que lo inicie comienza triunfando (en la manera que uno suele creer, “ganando un juicio”) y no fui la excepción.
Por ello, te invito a que te pongas capas de superhéroes para sobrevolar y sobrevivir.
(Aunque te recomiendo que, en el vuelo, incluyas a todos…)
2013 – 2020.
2020 – Hasta que se logre.
Te invitamos a ser parte de esta experiencia utilizando en las redes #Principios2021, #StopBullying2021 #HaceteFuerteDenuncia.