Yanina fue mamá por tercera vez, y con una beba prematura y en incubadora contrajo coronavirus. Hoy, recuperada de la enfermedad, ella rescata la unión familiar y el vínculo madre e hija que todo lo puede.
Yanina Campanera hace uno años que está en pareja con Juan José y juntos lograron el sueño de agrandar su familia.
Yanina tiene a Delfina de 16 años y a Juan de 9 años de un matrimonio anterior pero siempre soñó con ser mamá nuevamente.
El 24 de septiembre a las 33 semanas de gestación, nació Lara. El parto se adelantó y la beba nació prematura y durante ese período en el que Lara estuvo en la incubadora, Yanina y Juan José contrajeron covid-19 con lo cual por 10 días tuvieron que aislarse sin poder verla.
-¿Por qué se te adelantó el parto?
-A la semana 30 fuimos a hacernos una eco... el médico detectó que se había acortado el cuello de utero y la obstetra nos envió al sanatorio donde quedé internada por amenaza de parto durante 5 días. Volvimos a casa con reposo absoluto y en la semana 33 me desperté a la madrugada mojada. Tenía fisura de bolsa, otra vez me mandaron al sanatorio. Pasaron unas horas y entre los análisis de sangre y ecografías, rompí la bolsa por completo. Lara quería nacer.
-Cuando supiste que tenias covid y no la podías ver, ¿cuál fue tu reacción?
-Nosotros tuvimos familia el jueves 24 de septiembre por la noche y el sábado 3 de octubre comencé con unas líneas de fiebre en casa cuando regresé de ver a a beba. Como estaba con los puntos de la cesárea, las lolas en proceso de que bajara la leche y el cansancio de ir y venir del sanatorio, nunca se lo adjudicamos al covid-19.
Pero al día siguiente a la mañana volví a tener fiebre e inmediatamente en el sanatorio me hicieron el hisopado y me volví a casa. Pero cuando me llegó el mail y me confirmó que era detectable no lo podía creer, era como que estaba viviendo una película de terror. No entendía nada, y me desesperé porque no iba a poder ver a mi beba durante 14 días. Ni mi pareja ni yo.
-¿Cómo fueron los primeros días en neonatología?
-Los primeros días en neo fueron raros, porque era un mundo que ninguno de los dos conocía y Lara desde un principio estuvo bien. Entonces entrar y sumergirse en ese lugar donde se atraviesan miles de emociones latentes que ves en cada madre y en cada padre, es como que te lleva a ser muy fuerte y decir que uno está para el bebé. Y de repente te encontrás con todo eso y esa fortaleza que no sabés de donde la sacás, y le das para adelante.
El primer día fue muy triste porque en la clínica éramos tres y a casa volvimos solo dos. Hubo noches de mucho desvelo y otras de agotamiento que caíamos rendidos pero siempre con el entusiasmo de volver a ver a la beba al día siguiente.
-¿Cómo transitaron esto con la familia?
-En casa lo que hicimos fue quedarnos Juan José, Juan y yo. Delfi, mi hija mayor, se quedó aislada ya que no había tenido contacto con ella durante ese fin de semana, luego la hisopamos y una vez que tuvimos el resultado, se quedó en la casa de la abuela. Me daba mucho miedo no poder alimentar a la beba con mi leche. No sabía si estaba contagiada o no. Viví momentos de mucha angustia, estaba atravesando una enfermedad, no podía ver a la beba, me encontraba en una situación desconsolada y tenía miedo de no producir la leche y enviarle su alimento ya que cada vez me bajaba menos leche. Pero gracias a la obstetra y a la puericultora que me ayudaron todo el tiempo, la gordita pudo alimentarse 100 % con leche materna.
Mi familia fue muy importante en esta etapa ya que ellos se iban turnando, buscaban mi leche y la llevaban al sanatorio, así durante 10 días.
Tuve la suerte de tener una familia muy grande, todos estuvieron muy presentes y fueron los que se encargaron de que la gorda pudiera seguir creciendo. Sin ellos no hubiese podido. Estoy totalmente agradecida a todos los que fueron parte. Fueron 10 días interminables y agotadores. Lo único que recalco y veo positivo es la unión familiar.
¿Cómo fue el encuentro con la beba después de 10 dias sin verla?
El reencuentro fue hermoso. Volvimos a los 10 días con el alta médica, y me llevé la gran sorpresa de que por primera vez ya Lara no se alimentaba por sonda, como lo venía haciendo. Mi primer contacto fue ponerla sobre mi pecho y la beba se prendió a comer de una manera impresionante. Eso me llenó de mucha emoción.
-Durante el proceso que vos tuviste covid, ¿cómo mantenías el contacto con ella?
-En neonatología sólo pueden ingresar los padres de los bebés a verlos, y Lara quedó sin ningún contacto físico durante nuestro aislamiento. Pero gracias a las enfermeras y al médico a cargo, pude tener un registro de todo lo que iba pasando ya que me mandaban a diario videos, fotos y realizábamos video llamadas.
Hoy estoy feliz , me siento llena de amor y Lara sigue progresando. Si continua creciendo tan bien, va a poder venir a casa con nosotros muy pronto.